Guerrillas para la vida, de Beatriz Yarza: solidaridad encarnada, memoria política y resistencia cotidiana
Guerrillas para la vida, de Beatriz Yarza: solidaridad encarnada, memoria política y resistencia cotidiana

El libro dedica una atención significativa a las experiencias de las mujeres dentro del frente guerrillero, sin romantizarlas ni ocultar sus contradicciones. La maternidad, el deseo, el miedo, la culpa y el cuidado atraviesan un relato que desborda la narrativa tradicional de la militancia
Por Isabel Ginés | 12/07/2025
Guerrillas para la vida es mucho más que un testimonio autobiográfico. Se trata de una memoria combativa que entrelaza la trayectoria vital de una médica vasca con el devenir histórico de la guerra civil salvadoreña, el internacionalismo de los años ochenta y las contradicciones políticas, emocionales y éticas que atraviesan toda experiencia revolucionaria. Beatriz Yarza, formada en Medicina Tropical y vinculada inicialmente a Médicos Sin Fronteras, narra su incorporación al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), y lo hace desde una posición tan comprometida como crítica, ajena a toda tentación épica o nostálgica.
El núcleo vertebrador del libro es la noción de solidaridad, pero entendida no como un gesto abstracto, retórico o sentimental, sino como un compromiso material con los procesos emancipatorios de otros pueblos. Yarza reivindica una solidaridad política, sostenida en el tiempo, que desborda los límites del voluntarismo y se traduce en presencia física, entrega de saberes técnicos y disposición a compartir las condiciones de vida más adversas. Esta forma de solidaridad se inscribe en una tradición internacionalista que, en la segunda mitad del siglo XX, llevó a numerosos europeos y europeas a implicarse en las luchas del Sur global. El libro evidencia que ese internacionalismo no era un fenómeno ideológico sino una praxis concreta y cotidiana, nacida de una voluntad ética de ruptura con el orden geopolítico dominante.
Uno de los aspectos más notables del relato es la descripción del ejercicio de la medicina en contextos de guerra y sin apenas recursos materiales. La autora ofrece un retrato minucioso del trabajo sanitario en hospitales improvisados, donde la escasez técnica se suplía con ingenio, cooperación y una notable capacidad de adaptación. La práctica médica no se reduce aquí a un saber científico, sino que se redefine como una labor profundamente política y comunitaria. A través del trabajo colectivo, de la autogestión de los cuidados y del aprendizaje mutuo, emerge una noción ampliada de salud vinculada al derecho a vivir con dignidad en medio de la destrucción.
El libro asume sin ambages el reto de desmontar los prejuicios arraigados en quienes proceden de contextos privilegiados. La propia autora reconoce que su inmersión en la vida guerrillera conllevó un desmantelamiento progresivo de sus ideas preconcebidas sobre el saber, el liderazgo o la capacidad de organización de las clases populares. El contacto directo con el campesinado salvadoreño, muchas veces sin alfabetización formal pero dotado de una inteligencia práctica e intuitiva para la resistencia, obliga a revisar los marcos epistemológicos impuestos desde la cultura dominante. En este sentido, Guerrillas para la vida se articula también como un ejercicio de desaprendizaje personal y como una crítica a los reflejos coloniales que, incluso desde la izquierda, pueden reproducirse en contextos de cooperación o lucha común.
El libro dedica una atención significativa a las experiencias de las mujeres dentro del frente guerrillero, sin romantizarlas ni ocultar sus contradicciones. La maternidad, el deseo, el miedo, la culpa y el cuidado atraviesan un relato que desborda la narrativa tradicional de la militancia. Ser madre en un contexto bélico no se presenta como una heroicidad, sino como una decisión profundamente política y humana, cargada de ambivalencias. Asimismo, Yarza aborda la persistencia de estructuras patriarcales dentro de los propios movimientos revolucionarios, y denuncia la reproducción de roles de género, las jerarquías masculinas y el escaso reconocimiento de las aportaciones femeninas más allá de los espacios tradicionales del cuidado. El texto puede leerse, por tanto, también como una contribución feminista que interpela los relatos canónicos sobre la guerra, la revolución y la épica militante.
Lejos de construir un relato lineal o idealizado, Yarza ofrece una mirada lúcida sobre el proceso posterior a los Acuerdos de Paz y la deriva del proyecto político por el que arriesgó su vida. El desencanto ante la situación actual de El Salvador, marcada por la represión institucional y el autoritarismo bajo un gobierno que paradójicamente proviene de las filas revolucionarias, no borra la esperanza, pero sí exige una revisión crítica del pasado. Esta dimensión reflexiva dota al libro de una profundidad política que lo distingue de otras memorias personales y lo inscribe en el debate sobre la memoria, la instrumentalización del legado revolucionario y los peligros de las regresiones autoritarias.
Guerrillas para la vida no es un libro anclado en el pasado, sino una propuesta ética y política para el presente. Desde una narrativa contenida, sin estridencias ni dramatismos, la autora interpela al lector a revisar su lugar en el mundo, su vínculo con las luchas ajenas, su disposición a implicarse en lo común. En un tiempo marcado por el individualismo, el consumo y la banalización de la acción política, el libro reivindica formas de vida basadas en el apoyo mutuo, la responsabilidad colectiva y la lucha cotidiana por la dignidad. De ahí que su título no sea meramente metafórico, sino que condense una filosofía de vida que sigue vigente: hacer de la existencia una guerrilla para lo que merece la pena ser vivido.
Obra profundamente recomendable tanto por su valor testimonial como por su densidad ética. Con una prosa clara pero firme, Beatriz Yarza logra transmitir una experiencia singular que ilumina no solo el pasado reciente de América Latina, sino también los dilemas del presente europeo. Frente a los discursos que vacían de contenido palabras como solidaridad, revolución o internacionalismo, este libro devuelve a esos términos su dimensión viva, concreta y comprometida.
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