Gabriel Boric busca garantizar la gobernabilidad con un gabinete transversal y gradualista
La médica Izkia Siches al frente del estratégico ministerio del Interior y la diputada comunista Camila Vallejo en la Secretaría General de Gobierno serán algunas de las figuras femeninas más fuertes. El extitular del Banco Central Mario Marcel, un hombre bien visto por los mercados, será el nuevo ministro de Hacienda.
Cumpliendo con su promesa de impulsar un gobierno transversal, el presidente electo de Chile, Gabriel Boric, nombró este viernes un gabinete con mayoría de mujeres, integrado en un tercio por dirigentes independientes y con un bajo promedio de edad. La médica Izkia Siches al frente del estratégico ministerio del Interior y la diputada comunista Camila Vallejo en la Secretaría General de Gobierno serán algunas de las figuras femeninas más fuertes.
«Es un gabinete que reúne a personas talentosas y con experiencia probada en los temas de sus respectivas carteras. Sin embargo, aún queda lo más importante, que es ver cómo será su aterrizaje y la manera en que llevarán adelante los desafíos sectoriales», asegura en diálogo con Página/12 Pía Mundaca, directora ejecutiva del centro de estudios Espacio Público. Por su parte Julieta Suárez-Cao, miembro de la Red de Politólogas de Chile, sostiene que el nuevo gobierno cumplió con las expectativas y construyó «un gabinete con personas que saben de los temas de su cartera, expertos y expertas pero no tecnócratas».
En su discurso triunfal de la noche del 19 de diciembre, cuando se impuso por un 55,8 por ciento al ultraderechista José Antonio Kast en el ballotage, Boric se comprometió a realizar transformaciones sociales de forma gradual y eso queda demostrado en la formación de su nuevo equipo de trabajo, que incluye al extitular del Banco Central Mario Marcel como ministro de Hacienda, un hombre bien visto por los mercados.
Como parte de la diversidad del nuevo gabinete, la nieta del exmandatario Salvador Allende, la diputada Maya Fernández Allende, estará al frente de la cartera de Defensa. El futuro jefe de Estado se nutrió además de su círculo más íntimo para puestos centrales: además del nombramiento de Camila Vallejo como vocera, Giorgio Jackson estará a cargo de la Secretaría General de la Presidencia, oficina encargada de las relaciones con el Parlamento. Se trata de dos exlíderes estudiantiles que, junto a Boric, encabezaron las protestas de 2011 exigiendo educación pública, gratuita y de calidad.
Un gabinete para romper la grieta
Boric asumirá con un Parlamento altamente fragmentado y sin mayorías, por lo que debe buscar ampliar sus alianzas. Además de estar a punto de convertirse en el presidente más joven de la historia de Chile, Boric será también el primer mandatario en llegar al Palacio de La Moneda que no forma parte de los bloques tradicionales que lideraron el país desde el retorno a la democracia en 1990. Para Marcelo Mella, politólogo de la Universidad de Santiago, Boric buscará «trascender la grieta que divide a la sociedad chilena entre los nuevos partidos que buscan liderar las transformaciones y los partidos tradicionales».
Con ese objetivo el presidente electo conformó un equipo de 24 ministros de los cuales 14 son mujeres, mientras que el promedio de edad es de 49 años. Camila Vallejo será la responsable de comunicar los avances de un gobierno que busca desmantelar el modelo neoliberal instalado durante la dictadura militar (1973-1990) y ampliar el papel del Estado hacia un modelo de bienestar parecido al de Europa. La futura vocera será la primera comunista desde el retorno a la democracia en 1990 en integrar el llamado Comité Político, el núcleo duro del gobierno.
Feminismo y juventud
Otra de las grandes novedades es la inclusión en el Comité Político del ministerio de la Mujer, en una clara señal hacia los colectivos feministas que fueron cruciales en la victoria de Boric. Ese lugar quedó para Antonia Orellana, periodista de la Universidad de Chile y exintegrante de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, quien será además la más joven del gabinete con 32 años.
Para Mundaca, el nombramiento mayoritario de mujeres en el gabinete es una «gran señal», pero «ante todo el reflejo de una sociedad distinta y el resultado del esfuerzo de muchas mujeres que por décadas han trabajado por mitigar las desigualdades de las que somos víctimas». Suárez-Cao, por su parte, elige destacar a este diario que «no son sólo mujeres, son feministas que están comprometidas con la causa por la igualdad sustantiva de género».
Antonia Urrejola, una respetada abogada que fue presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), jugará también un rol fundamental como canciller en una región que está virando a la izquierda y en la que el presidente electo no omite sus reparos hacia gobiernos como los de Venezuela o Nicaragua. Izkia Siches, en tanto, será la futura ministra del Interior, transformándose en la primera mujer en la historia en encabezar esa cartera. Se trata del ministerio que tiene más peso político, encargado del orden público y de articular al resto del gabinete.
Siches tiene 35 años, es médica cirujana de la Universidad de Chile y en 2017 se convirtió en la primera mujer en alcanzar la presidencia del Colegio Médico. Desde ese lugar tuvo una activa participación en la lucha contra la pandemia de covid-19, y también fue clave durante la campaña presidencial de Boric. «Siches da una muestra de coraje y compromiso al asumir un ministerio complejo e históricamente poco popular. Su capacidad política ha quedado en evidencia en los desafíos que ha tomado anteriormente», destaca Mundaca en ese sentido.
Sin embargo, Mella elige ser más cauto a la hora de considerar que, en su condición de independiente, la doctora Siches va a enfrentar grandes presiones. «El conflicto con el pueblo mapuche, sumado a otros temas, producen un altísimo desgaste. Requieren, por supuesto, tener una bancada parlamentaria y respaldo hacia la gestión, algo que ella en su condición de política independiente no tiene», advierte el cientista político.
Un equipo económico para tranquilizar a los mercados
Para el ministerio de Hacienda fue elegido Mario Marcel, actual presidente del Banco Central y una figura respetada en las esferas empresariales, muy críticas con Boric durante la campaña electoral. Independiente aunque cercano al socialismo (fue director de Presupuestos en el gobierno de Ricardo Lagos entre 2000 y 2006), Marcel piloteará una economía que busca recuperarse de la crisis con una inflación que cerró 2021 en el 7,2 por ciento, la mayor en 14 años.
Mella cree que el nombramiento del ministro de Hacienda «efectivamente es un guiño al sector privado» que busca «reducir los niveles de incertidumbre de cara a al manejo monetario y a la política tributaria chilena en los próximos años». Para Suárez-Cao, el nombramiento de Marcel no implica una renuncia a algunas de las principales banderas de la campaña de Boric «porque hoy Camila Vallejo dijo que todo el gabinete tienen claro cuál es la agenda de Apruebo Dignidad con la que se ganaron las elecciones».
La misión de sumar bancas en el Congreso
La mano derecha de Boric, Giorgio Jackson, estará al frente de la Secretaría General de la Presidencia, que se encarga de las relaciones con el Parlamento, donde a partir de marzo no habrá mayorías, y Apruebo Dignidad (la coalición integrada por el Frente Amplio y el Partido Comunista con la que Boric ganó el ballotage) solo tiene 37 diputados y 5 senadores. Con el objetivo de asegurarse gobernabilidad, el futuro mandatario incluyó en su gabinete a partidos tradicionales de la centroizquierda que no lo apoyaron en primera vuelta.
Tal es el caso de Maya Fernández, la nieta del derrocado presidente Salvador Allende que estará al mando de las Fuerzas Armadas; el senador socialista Carlos Montes en Vivienda y Urbanismo; la radical Marcela Hernando en Minería; y el liberal Juan Carlos García en Obras Públicas, entre otros. La politóloga de la Universidad Católica de Chile, Pía Mundaca, entiende que el deseo de lograr transformaciones importantes en el país trasandino «obliga a estar dispuestos a tener una conversación lo más amplia posible, de lo contrario estaremos condenados al inmovilismo».
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