Turquía: campo de operaciones de la mafia internacional
Una orden internacional de busca y captura pesaba sobre él cuando, el pasado 4 de noviembre, el presunto narcotraficante Zeljko Bojanic fue detenido en Estambul, donde el serbio vivía bajo un pasaporte falso. El líder de la oposición turca, Kemal Kılıçdaroğlu, escribió en Twitter: "Toda la escoria de la mafia ha venido a nuestras ciudades". Y se dirigió directamente a los cárteles: "Dejen nuestras ciudades. Los destruiremos. Agarren su dinero sucio y váyanse".
Hay indicios recientes de que muchos líderes y miembros de organizaciones criminales internacionales utilizan cada vez más a Turquía como centro de actividades. El caso más mediático es el del narcotraficante iraní Naji Sharifi Zindashti, arrestado en Estambul en 2007 con 75 kilogramos de droga. En 2010 fue puesto en libertad tras declarar como "testigo secreto" en uno de los juicios políticos más importantes de la historia de Turquía. En 2018 fue arrestado por asesinato y liberado nuevamente tras una controvertida sentencia. Está prófugo desde entonces.
También Sanger Ahmadi, jefe del clan afgano que amenazó de muerte a los policías alemanes, fue arrestado en Estambul el año pasado. Muchos asesinatos relacionados con la mafia se han cometido en Turquía en los últimos años. El criminal azerbaiyano Ali Gamidov fue asesinado en Estambul en 2013 en una lujosa villa. El principal sospechoso era el jefe de otra organización criminal azerbaiyana llamado Rövshen Caniyev. También fue asesinado en Estambul tres años después. Se cree que lo mató su compatriota Nadir Salifov, quien a su vez fue asesinado en 2020.
El jefe de la mafia georgiana Gayoz Zviadadze Longinozovich también fue asesinado en Antalya en 2018. Más recientemente, el 7 de septiembre de este año, el criminal serbio Jovan Vukotic fue asesinado en Estambul. ¿Por qué Turquía se ha convertido en un campo de batalla para las organizaciones criminales? ¿Por qué se establecen en Turquía?
Todo el mundo viene a Estambul... incluida la mafia
En una entrevista con DW, el ex jefe de policía Hanefi Avci destaca el tamaño de Estambul: oficialmente, más de 16 millones de personas viven en la ciudad. Además, no solo innumerables turistas llegan a Estambul a diario, sino también una gran cantidad de inmigrantes de Siria, Afganistán e Irán. "Aquí hay mucho movimiento, viene todo tipo de gente… también mafiosos", dice Avci. "Actores de las antiguas repúblicas soviéticas, de los Balcanes o de las regiones árabes", destaca.
"Las organizaciones criminales más activas en Turquía son las de los Balcanes y el Cáucaso", confirma el periodista Timur Soykan en entrevista con DW. Según él, Turquía se ha convertido en el patio trasero de la mafia balcánica. Y recalca que la situación de Turquía juega un papel clave ya que las rutas del tráfico de drogas se superponen. El historiador británico Mark Galeotti escribió hace diez años que la situación de Turquía convertía al país para el crimen organizado en "un puente ideal hacia y desde la Unión Europea".
La débil democracia alienta a la mafia
No solo las características geográficas, sino también las condiciones políticas juegan un papel importante. El ex secretario adjunto del servicio secreto turco, Cevat Öneş, se pregunta en entrevista con DW: "¿En qué tipo de entorno les gusta operar a las organizaciones criminales?". Y se contesta él mismo: "Allí donde no hay estado de derecho, no hay justicia. Realizan sus actividades donde pueden establecer conexiones con las instituciones del Estado".
Entre otras cosas, Öneş señala la falta de estado de derecho en Turquía y la debilidad democrática para que "estas organizaciones criminales vean a Turquía no solo como un puente o un sitio de paso, sino como un lugar para establecerse". Soykan destaca también que las organizaciones criminales extranjeras son conscientes de que en Turquía impera la impunidad. "Ven que no se toman medidas legales contra las estructuras mafiosas", afirma.
Pero Öneş va más allá y apunta a las numerosas especulaciones sobre que la mafia mantiene relaciones secretas con las autoridades en Turquía que le facilitan las actividades. El jefe de la mafia, Sedat Peker, ha dado alas a estos rumores. Antiguo aliado del gobierno del AKP, ha publicado hasta hace poco videos y tuits en los que incriminaba a altos funcionarios del gobierno, incluso señalando vínculos con el narcotráfico colombiano.
"El servicio secreto debe actuar"
Los observadores consideran deficiente el actual modo de monitorear a las organizaciones criminales extranjeras. "El Estado debe vigilar a estas personas con mucho cuidado y tomar medidas preventivas", reclama Avci. Según él, los servicios secretos descuidan así una de sus más importantes tareas al dedicarse a cuestiones políticas del día a día.
Como resultado, la mafia internacional se ve cada vez más invisibilizada y se asignan menos recursos para combatirla: "El servicio secreto trabaja en coordinación con el gobierno, sin embargo, debería poder concentrarse únicamente en la seguridad del país".
(lgc/mn)
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