En El Salvador estamos conformes con lo poco que tenemos.

                  En El Salvador
estamos conformes con lo poco que tenemos.
seguimos al igual que ayer  ó peor que hoy.y más arruinados que mañana

1-estamos tristemente golpeados, con los delincuentes ,extorsiones,pandillas.
2- nos matan con los impuestos y los deudores la sala de lo constitucional  los defiende ,y no hay tinte politiquería.
3-se masturbándose en plena via pública la mente poniendo soluciones nada visibles.
4-estamos con una era de peros de los problemas,y el pueblo está que aquel es el culpable,I yo solo observo de la ventana y tiró piedras.
5-otros donde Dios solventar los problemas ,el es un intermediario entre el bien y el mal,unos ejemplos de esa palabra sagrada.
Por sus frutos los conoceréis

(. Lc 6,43-44)

15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.

16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?

17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.

18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.

19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.(A)

20 Así que, por sus frutos los conoceréis.

6- si la cangrena no se cura lo mas pronto posible  ó se  buscan formas de solución ,el pueblo pobre y débil será el que pague los platos rotos de un sistema judicial y constitucional en prostitución galopante
estamos  como un 1932.con modalidad diferente y en un desarrollo que dis ,exitoso para el pueblo habría que observar un mudo con todo al revez ,pero donde la tolerancia es la paz .

Estado Fallido o la Falla del Estado

editorial contrapunto

Sin un sistema judicial sano, moderno y eficiente, es difícil arreglar definitivamente el sistema político, social y económico; y sin justicia, no habrá ni democracia y desarrollo

Tal como diría un político local: no es lo mismo un Estado Fallido que el Estado Falle… No es lo mismo, aunque las frases se parezcan.

Los salvadoreños en su conjunto debemos tratar de manejar mejor los términos respecto a nuestro desarrollo. He escuchado a alcaldes confundir los conceptos de impuestos con el de las tasas municipales; no es lo mismo.

Una inmensa polémica ha causado el Arzobispo de San Salvador al calificar la situación actual de El Salvador como “Estado Fallido”… Nada más equivocado, no es el concepto a utilizar correctamente. Si ese fuera el concepto, le deberíamos preguntar al prelado ¿cuál, entonces, es su propuesta de solución?

En El Salvador lo que sucede realmente es que el Estado ha fallado en resolver los problemas graves y apremiantes de la sociedad, es especial en materia económico-social y en seguridad.

Luego de la guerra civil se diseñó una “hoja de ruta” para alcanzar la democracia. El país fue desmilitarizado, pero el poder económico quedó intacto y se implantó un modelo neoliberal que privilegió los servicios y destruyó la producción agrícola e industrial. Para instaurar la democracia es necesario el equilibrio también en la economía y ello lleva al equilibrio social. Ello hasta el momento no ha sido posible, aunque los pasos en su dirección podrían haber comenzado.

En seguridad también se cometieron errores: primero la displicencia y el abandono hacia la juventud y la niñez; luego la Mano Dura y la Súper Mano Dura… En el período pasado la improvisación ganó terreno. Hoy viene la esperanza de la policía comunitaria. Nadie quiere más fracasos, pero ello no quiere decir que todo lo que se ha diseñado está perfecto.

Hay que resolver el tema de la impunidad y de la corrupción, básicamente en el sistema judicial. Sin un sistema judicial sano, moderno y eficiente, es difícil arreglar definitivamente el sistema político, social y económico; y sin justicia, no habrá ni democracia y desarrollo.

El gran empresariado local está pujando para que no se le quiten los privilegios con los que ha señoreado por siglos. Hoy se habla como muchos de los grandes han crecido a costa de los privilegios y beneficios del Estado. Esta es una carrera por el avance y en una era moderna en El Salvador, el empresariado ganará por la calidad de su servicio, no por los monopolios, los oligopolios y las prebendas de un Estado servil. El Estado moderno es el que cumple y hace cumplir las leyes.

El gobierno y con él, todo el Estado, debe en consonancia ser eficiente, eficaz, ético, transparente; cumplidor de la ley y un vigilante de que la ley la cumplan todos los salvadoreños, sin excepción.