Este joven periodista salvadoreño y que está rompiendo esquemas con su nueva forma de crear conciencia en el cambio climático y de donde se puede comprobar con plena autoría, sus trabajos no pagados ni viciados de contenido amarillento ,si no que vas mas haya del cuido de los lo bello que nos brinda la naturaleza en este caso lugares desconocida para los mismos salvadoreños .el es originario de San Sebastian ,sus padres natos batanecos ,y no se diga si familia llena de Maestros ,tíos y familiares claro ahora las nuevas generaciones nos estan dando su frutos ,hablamos de abogados ,maestros enfermeras y asi el crecimiento familiar .familia muy conocida en ese bello pueblo .
es un honor con contar con ejemplo de superación y perseverancia ya que se vemos las desventajas que el medio salvadoreños pone.pero Armando Jr como yo lo conozco y les e decir es un referente maravillosos de este pueblo ,visiten la pagina Drones de Armando Urquilla Prensa Grafica y observarán mucha belleza de nuestro pueblo Salvadoreño .en manos de un artista del fotografía y el dron y las últimas herramientas del ciberespacio .
Nota. de Victor Manuel Duran's
lo que veran a continuacion, es propiedad de Armando Urquilla Jr
DRONE STORIES: LOS ECOS DEL BATÁN
Este lugar fue construido alrededor del batán, aquella manta que dio color a una época y que ahora es un recuerdo nostálgico.Estes es el viaje por el cielo de San Sebastián.
Hubo un tiempo en el que las encorvadas espaldas de sus artesanos convirtieron al pueblo en la capital del comercio. Ahora, algunos cuerpos cansados siguen tocando la sinfonía que forman la garrucha, lanzaderas, peine, cálculas y cañones, componentes del telar que ahora está apagándose.
Los ecos del Batán dieron origen al gentilicio que ahora presumen sus habitantes, los Batanecos, protegidos por un santo mártir.4 calles forman el casco urbano de San Sebastián, mismo número de sus barrios: El Tránsito, Guadalupe (parte de este se conoce como la cuche), San José y el más largo San Antonio.
Una ciudad que finaliza con el cementerio, dando paso a la vegetación que alcanzaba hasta donde se podía ver. Verde que por momentos interrumpe la aritmética de los tejados, dando un respiro para el sofocante calor que suele cubrir los días.
Décadas atrás sus habitantes más jóvenes dieron el paso hacia Estados Unidos, rompiendo la cadena de vidas agrícolas, algo que ha provocado que los cerros aledaños permanezcan ociosos.
Aquel lugar que comparte el parque central con su mercado, reflejo de la importancia de la actividad comercial. Ventas cubiertas por plásticos negros en las que todavía se ofrecen arcoiris de telas, esculpidas con el sudor de los más antiguos, defensores de un eco que aún resuena en la distancia.
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