¿Por qué el ejercicio debería ser la primera opción para tratar la depresión?
Los trastornos de salud mental representan una de las principales preocupaciones sanitarias a nivel mundial.
Investigadores de la Universidad de Australia del Sur (UniSA) afirman que el ejercicio debe ser el tratamiento principal para la depresión y otras afecciones de salud mental comunes.
La revisión más exhaustiva de la investigación hasta la fecha revela que los síntomas de depresión, ansiedad y angustia psicológica leves a moderados pueden ser aliviados mediante actividad física. Según su estudio, el ejercicio es 1,5 veces más efectivo que el asesoramiento y los mejores medicamentos.
El estudio descubrió que las intervenciones de ejercicio de hasta 12 semanas lograron la mayor reducción en los síntomas de salud mental.
Según afirma el autor principal, el fisiólogo clínico del ejercicio Ben Singh de UniSA:
Es importante destacar que la investigación muestra que no se necesita mucho ejercicio para lograr un cambio positivo en su salud mental.
Los trastornos de salud mental representan una de las principales preocupaciones sanitarias a nivel mundial. Su impacto, tanto en las personas que los sufren como en la sociedad en su conjunto, es significativo. En 2019, aproximadamente una de cada ocho personas experimentó problemas de salud mental, lo que resulta costoso tanto para ellos como para su entorno. Además, estudios recientes indican que hasta una de cada cinco personas experimenta altos niveles de angustia psicológica durante la mediana edad.
Investigaciones anteriores han demostrado que las personas que padecen depresión, ansiedad u otras formas de angustia psicológica pueden obtener beneficios similares de la actividad física en comparación con la psicoterapia o el tratamiento farmacológico.
Según Singh:
Se sabe que la actividad física ayuda a mejorar la salud mental, sin embargo, a pesar de la evidencia, no ha sido ampliamente adoptada como tratamiento de primera elección.
La gran variedad de tipos de actividad física, intensidades, subgrupos de población y grupos de comparación analizados en estudios individuales puede dificultar que los médicos comprendan la evidencia que indica los beneficios de la actividad física en el tratamiento de los trastornos de salud mental.
Por lo tanto, Singh y sus compañeros de UniSA llevaron a cabo una revisión sistemática más amplia para evaluar cómo todos los tipos de actividad física afectan la depresión, la ansiedad y la angustia psicológica en adultos.
Una revisión general es un tipo de análisis que examina una colección de revisiones en lugar de estudios individuales para ofrecer una imagen global de lo que la investigación existente indica sobre un tema específico. En resumen, proporciona una cobertura completa de toda la evidencia disponible sobre un tema.
El equipo de investigación recopiló todos los estudios elegibles publicados hasta 2022 a partir de 12 bases de datos electrónicas. En total, se analizaron 97 revisiones que comprendían 1039 ensayos con más de 128 119 participantes.
Comparando los efectos del ejercicio con los de la atención habitual en todas las poblaciones, se encontró que el ejercicio mejoraba los síntomas de depresión, ansiedad y angustia psicológica 1,5 veces más que la terapia de conversación o la medicación, según el análisis de las 97 revisiones (que incluyeron 1039 ensayos y más de 128 119 participantes) publicadas antes de 2022 y extraídas de 12 bases de datos electrónicas.
Según el autor principal, se descubrió que todos los tipos de actividad física y ejercicio eran beneficiosos, incluyendo el ejercicio aeróbico como caminar, entrenamiento de resistencia, Pilates y yoga.
El estudio también señala que ciertos tipos de ejercicio pueden ser más efectivos para tratar diferentes trastornos de salud mental. Por ejemplo, se encontró que el yoga y otros ejercicios centrados en la mente y el cuerpo fueron los más efectivos para reducir la ansiedad, mientras que los ejercicios de resistencia fueron más beneficiosos en la reducción de los síntomas de la depresión.
A pesar de que puede parecer contradictorio, se descubrió que las intervenciones de ejercicio más cortas fueron más efectivas que las más largas. Los autores del estudio sugieren que este hallazgo puede indicar que las personas pueden sentir una carga al seguir programas de ejercicio prolongados, lo que puede afectar negativamente los beneficios psicológicos.
Las personas que más se beneficiaron fueron las mujeres embarazadas o que habían dado a luz recientemente, aquellas con depresión, VIH, enfermedad renal y personas sanas.
Los autores de la investigación sugieren que este hallazgo puede estar relacionado con el hecho de que estas poblaciones tienen una mayor probabilidad de presentar síntomas más graves de depresión y ansiedad, así como niveles más bajos de actividad física, lo que les proporciona un mayor margen de mejora en comparación con las poblaciones no clínicas.
Es importante destacar que la mayoría de la evidencia recopilada se enfocó en la depresión de intensidad leve a moderada, con menos revisiones disponibles sobre la ansiedad y la angustia psicológica. Por lo tanto, se necesita más investigación en diversas áreas de la salud mental para establecer conclusiones más sólidas.
Sin embargo, los resultados de la investigación no excluyen la importancia de los medicamentos y la terapia en el tratamiento de muchas afecciones de salud mental, sino que sugieren que el ejercicio también es un tratamiento significativo que merece mayor consideración.
Los autores concluyen:
La actividad física es muy beneficiosa para mejorar los síntomas de depresión, ansiedad y angustia en una amplia gama de poblaciones adultas, incluyendo la población general, personas diagnosticadas con trastornos de salud mental y personas con enfermedades crónicas.
La revisión general fue publicada en el British Journal of Sports Medicine .
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