mundial y de resolución de la crisis internacional. Al persistente y elevado riesgo de volatilidad y fluctuaciones en los mercados financieros, se suma la incertidumbre respecto a la trayectoria que seguirán los precios de los commodities y al impacto que pueda tener el incremento de las tasas de interés en EE.UU. La frágil actividad económica y la posible deflación siguen suscitando preocupación en parte de los países desarrollados, mientras que las principales economías emergentes enfrentan riesgos asociados a la baja cotización de las materias primas y a los desequilibrios en la balanza de pagos.
En el mundo desarrollado se evidencian tendencias contrapuestas, aunque el comportamiento conjunto continúa siendo débil. Por un lado, se observan signos de recuperación en EE.UU. y el Reino Unido, mientras que los países de la eurozona y Japón siguen sumidos en un escenario de estancamiento y deflación. En Japón, las políticas de expansión monetaria y los incrementos impositivos (Abenomics) no logran consolidar un sendero de crecimiento. En la zona del euro, con una política monetaria más distendida y una política fiscal más neutral, los resultados no parecen modificarse demasiado. En tanto, los países emergentes –que ahora manifiestan un menor dinamismo respecto a años anteriores– se encuentran expuestos a los efectos del débil nivel de actividad económica global y a la caída de los precios de los commodities. Muchas de estas economías presentan importantes desequilibrios externos, en particular elevados y persistentes déficits de cuenta corriente, lo que las hace especialmente vulnerables al endurecimiento de las condiciones financieras y la reversión de los flujos de capital.
Los bajos precios del petróleo –en su menor nivel desde principios de 2009 y con una disminución de más de 50% desde junio de 2014– plantean el interrogante sobre su efecto en el desarrollo. Por un lado, esta situación podría estimular el crecimiento mundial al incrementar el poder adquisitivo y la demanda privada en los países importadores de este hidrocarburo. La contracara son los países dependientes de las exportaciones de dicho combustible que enfrentan un panorama poco alentador que podría conllevar ajustes fiscales, caída del producto, pérdida de reservas y la devaluación de sus monedas.
Aunque los flujos comerciales internacionales continúan deprimidos, con una tasa de crecimiento menor al 4% en los últimos años, la OMC no pierde protagonismo. Es probable que la Ronda Doha vuelva a tomar impulso a partir de las decisiones de noviembre de 2014 con relación al Paquete de Bali y al respaldo recibido en varios foros internacionales (Foro Económico Mundial, OCDE, entre otros). Hacia julio de este año, se espera que este organismo multilateral defina un programa de trabajo con miras a poder cerrar en un futuro cercano los temas de negociación que aún quedan pendientes.
Este contexto brinda un marco adecuado para que los países emergentes y menos adelantados busquen la incorporación de las necesidades específicas del desarrollo económico en la agenda de negociaciones comerciales multilaterales. En este sentido, el CEI está trabajando en la iniciativa “Friends of Industrialization”, que persigue la introducción de reformas en el marco regulatorio de la OMC con el objetivo de conseguir mayores flexibilidades en pos del desarrollo de una política industrial nacional.
Este contexto brinda un marco adecuado para que los países emergentes y menos adelantados busquen la incorporación de las necesidades específicas del desarrollo económico en la agenda de negociaciones comerciales multilaterales. En este sentido, el CEI está trabajando en la iniciativa “Friends of Industrialization”, que persigue la introducción de reformas en el marco regulatorio de la OMC con el objetivo de conseguir mayores flexibilidades en pos del desarrollo de una política industrial nacional.
Respecto a la Argentina en particular, al deterioro del desempeño de sus principales socios comerciales debe adicionarse el revés sufrido en el Órgano de Solución de Diferencias de la OMC, cuyo Órgano de Apelación ratificó el fallo negativo de agosto de 2014, por lo que nuestro país deberá poner, en conformidad con la normativa multilateral, ciertas medidas sobre las importaciones que fueron consideradas restrictivas del comercio.
Teniendo en cuenta las principales características del orden económico mundial vigente, que avala el proteccionismo en los países industrializados mientras propugna la apertura indiscriminada de los mercados emergentes y en desarrollo, el primer artículo de esta cuarta edición de la Revista Argentina de Economía Internacional (RAEI) describe cómo estas condiciones impiden a los países en desarrollo cancelar efectivamente sus compromisos de deuda con recursos propios y los condena a quedar atrapados en un círculo recurrente de déficit, deuda y default.
Teniendo en cuenta las principales características del orden económico mundial vigente, que avala el proteccionismo en los países industrializados mientras propugna la apertura indiscriminada de los mercados emergentes y en desarrollo, el primer artículo de esta cuarta edición de la Revista Argentina de Economía Internacional (RAEI) describe cómo estas condiciones impiden a los países en desarrollo cancelar efectivamente sus compromisos de deuda con recursos propios y los condena a quedar atrapados en un círculo recurrente de déficit, deuda y default.
El orden global imperante también resulta hostil a los intentos de los países emergentes de promover su desarrollo industrial y tecnológico. El espacio disponible para aplicar políticas industriales se ha visto restringido debido a la adopción de las reglas comerciales multilaterales surgidas con la creación del GATT, primero, y de la OMC, después. De hecho, amenaza con reducirse aún más a partir de la firma de acuerdos comerciales y de inversión entre países desarrollados y en desarrollo y de las negociaciones en el marco de la Ronda Doha.
A fin de indagar en este fenómeno, el segundo artículo de la Revista busca identificar las herramientas de política pública utilizadas por los países en desarrollo en pos de su industrialización y que resultaron cuestionadas por sus pares en el marco de la OMC, ya sea mediante presentaciones en los Consejos y Comités pertinentes o a través del mecanismo de solución de diferencias. De esta forma, se intenta otorgar elementos que ayuden a reinsertar el tema de la recuperación de los instrumentos de política industrial en la agenda multilateral.
Con relación al proteccionismo y al doble estándar arraigado en los países avanzados, dos artículos muestran cómo la Unión Europea aplica herramientas de administración de los flujos comerciales cada vez más sofisticadas, camufladas bajo el lema de la protección del medio ambiente. El primero de ellos describe las medidas tomadas recientemente por la UE respecto de los biocombustibles, que obstaculizan tanto a la importación de biodiesel como a la producción de otros biocombustibles convencionales. El segundo trabajo continúa la temática abordada en la RAEI 3 relativa a las medidas basadas en criterios de mercado para controlar las emisiones de gases de efecto invernadero de la aviación civil internacional y en esta nueva edición se analiza su potencial impacto para el transporte aéreo argentino.
El cuarto artículo considera, desde una perspectiva teórica, cómo se altera la famosa condición de Marshall-Lerner al modificar algunos de sus principales supuestos. De este ejercicio se desprenden interesantes conclusiones sobre la interrelación entre la dinámica de los precios y los efectos de una alteración real del tipo de cambio, para el caso de un país no gravitante en el comercio internacional.
Algunas de las dificultades enfrentadas por los países desarrollados se abordan en el quinto artículo de la RAEI, que presenta una explicación alternativa al origen de los desequilibrios comerciales de los países de la eurozona. El análisis enfatiza el papel de variables de carácter estructural, como la composición tecnológica de las exportaciones y la evolución de la demanda doméstica de los principales socios comerciales, y resta importancia a las diferencias de costos productivos.
De esta forma, a través del análisis de las distintas repercusiones que podrían tener los principales acontecimientos económicos a nivel internacional, desde el CEI se intenta aportar herramientas que contribuyan al debate sobre el proceso de desarrollo de nuestro país.
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