Se afianza nuevo orden burgués en El Salvador
Las próximas semanas serán decisivas, sea para el afianzamiento del proyecto político de Nuevas Ideas o para su paralización y la búsqueda de un equilibrio con el proyecto oligárquico, respaldado hoy por el gobierno de Biden.
- Opinión
Mientras concluían los canticos y consignas de las diversas y raquíticas marchas del 1 de mayo, el partido Nuevas Ideas conducido por el presidente Nayib Bukele, aprovecha de manera audaz el factor sorpresa, y ya con el control del órgano legislativo, procede a la destitución de los integrantes de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, así como del Fiscal General.
Con esta sorpresiva jugada, el presidente Bukele se coloca a la ofensiva, afianza y aumenta de manera drástica su control sobre el aparato de estado y golpea fuertemente a su adversario principal, el orden oligárquico, en un nuevo reacomodamiento de la correlación de fuerzas políticas del país, producto de los resultados electorales del pasado 28 de febrero.
No obstante esto, el orden oligárquico no cederá, ya que continúa contando con el poderío económico de sus empresas, incluyendo la de los principales medios de comunicación, así como de la influencia que ejerce ANEP-FUSADES sobre múltiples actores de la “sociedad civil” que seguramente se movilizarán en la defensa del sistema de democracia representativa burguesa. Y en particular cuenta con un poderoso y reciente aliado, la administración Biden.
A continuación, evaluamos el significado político de estos cambios, las modificaciones en la actual correlación de fuerzas, los dilemas de la Administración Biden, la situación de la izquierda y los desafíos para el movimiento popular.
¿Qué significan estos cambios?
Este nuevo capítulo en el enfrentamiento entre el poder emergente de un sector de la burguesía, representado por el presidente Bukele, y el viejo poder oligárquico neoliberal que está siendo desafiado y derrotado, significa históricamente, el inicio de un nuevo sistema político, de naturaleza populista y autoritaria.
Ha surgido un nuevo bloque de poder político legislativo, representado por los partidos Nuevas Ideas, GANA, PCN y PDC, y bajo la conducción del presidente Bukele. A este conglomerado hay que agregar al CD que, aunque no alcanzó ningún curul legislativo, es un partido cercano a este nuevo proyecto político.
Y en el caso de ARENA y FMLN pierden su presencia en la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, -aunque mantienen influencia en las otras salas-, y en la Fiscalía General de la República. Y forman un bloque político legislativo de oposición, conducido por ARENA (14 diputados), e integrado por FMLN (4 diputados), Nuestro Tiempo (1 diputado) y Vamos ( 1 diputado).
La actual correlación de fuerzas
La actual correlación de fuerzas beneficia ampliamente al proyecto cyan del presidente Bukele, ya que cuenta hoy como elementos de apoyo, en primer lugar un mayoritario respaldo popular, luego el control de la presidencia (que incluye el control de las Fuerzas Armadas y PNC), y desde el 1 de mayo el control de la asamblea legislativa (64 votos contra 20 de la oposición); el control de sala de lo Constitucional de CSJ y de la Fiscalía.
“Hizo lo que suponíamos. Lo advertimos. Quiere el control total de todos los Órganos e Instituciones de Estado. Esa ambición desmedida no resulta bien a ningún pueblo», escribió con amargura y tristeza el precandidato de ARENA a la presidencia, Javier Simán, ante estos hechos que vienen políticamente a arrinconarlo aún más.
Los dilemas de la Administración Biden frente a El Salvador
La oligarquía confía en que la Administración Biden pondrá en su lugar al presidente Bukele. Y la Administración Biden frente al proyecto Bukele tiene tres opciones: una moderada, que incluye la condena verbal, una agresiva, que comprende condena verbal con medidas de castigo y otra pragmática; que incluye coexistencia y negociación.
En los tres casos, se le entrega al presidente Bukele la bandera de la defensa de la soberanía como nuevo agregado a su plataforma programática, y acusar de violación al principio de no interferencia en sus asuntos internos.
En el primer caso, la confrontación se mantendrá en un terreno mutuamente manejable y el tensionamiento de las relaciones será en un plano declarativo, diplomático, sin rupturas. Es lo previsible, aunque la administración Biden sufrirá presiones del Congreso para “endurecer” posición. Esta es la salida que más le conviene a Nuevas Ideas.
En el segundo caso habrán amenazas y quizás hasta medidas de presión. Incluso puede llegarse a un tensionamiento que incluya la llamada de sus embajadores, y amenazar con bloquear préstamos. Esta es la salida que más le conviene a la oligarquía.
En el tercer escenario, se buscará la diplomacia “silenciosa” que buscara la negociación, ya que lo que esta en juego es el éxito o fracaso de sus políticas hacia la región.
En cada una de estos escenarios influyen fuertemente las diversas visiones existentes y planes en desarrollo originadas tanto en el Departamento de Estado como en el Congreso sobre la política hacia el hoy llamado “triángulo norte” incluyendo el de “fortalecer la seguridad y la prosperidad en colaboración con los pueblos de Centroamérica”.
La carnada para que muerda el pez son 4 mil millones en ayuda, pero no para los gobiernos, sino para la “sociedad civil.” Pero recientemente estuvo de visita en el país el flamante “enviado especial” Ricardo Zuñiga hablando de migración y de corrupción, y en un abierto desaire, no fue recibido por el presidente Bukele.
Otro elemento a tomar en cuenta son los salvadoreños viviendo en Estados Unidos -documentados e indocumentados- que se han convertido en un pilar importante en el apoyo al proyecto de Nuevas Ideas, al que ayudaron a constituirse y a derrotar electoralmente a ARENA y al FMLN. Y seguramente no se quedarán callados en esta coyuntura.
Y también no podemos perder de vista que existe la disputa geopolítica global entre China y los Estados Unidos. No es casual que China se convierta en el principal donante/vendedor de las vacunas contra el coronavirus, garantizándole así al régimen Bukele una ventajosa posición en la lucha contra la pandemia. Esto para Estados Unidos se convierte en un problema de seguridad nacional, entre otras cosas, por la localización estratégica del puerto de La Unión.
La situación de la izquierda y del movimiento popular
En el caso de la izquierda, la abordaremos desde una óptica dual: la que está dentro y la que esta fuera del FMLN.
En el caso de la que está dentro del FMLN, en vísperas de las celebraciones del 1 de mayo quedo en evidencia una situación insólita: el FMLN marcharía y de hecho marchó de manera separada, e independientemente de las motivaciones y convocatorias respectivas, el hecho debe registrarse como expresión de profundas contradicciones quizás más políticas que ideológicas que hoy acompañan a esta -por su número y trayectoria histórica- fuerza principal de la izquierda salvadoreña. Esto es un crítico factor de debilidad.
Y de la manera de cómo se resuelvan estas contradicciones, sea por el debate, o por la fragmentación, es evidente que mayores niveles de erosión y atomización, únicamente contribuirán a mayores niveles de irrelevancia política de la izquierda salvadoreña.
En el caso de la izquierda fuera del FMLN, también se vio disminuida este 1 de mayo, y ojalá que haya sido por la pandemia. Pero si es por mayores niveles de dispersión y agotamiento de sus proyectos, resulta lamentable dado que, por ser organizaciones de cuadros políticos, pueden y deberían contribuir al debate vigente.
No obstante esto, registro cuatro hechos significativos de este pasado 1 de mayo. En primer lugar, la presencia de la Coordinadora Sindical Salvadoreña, CSS y su acompañamiento a las trabajadoras del Colectivo Femenino Florenzi, que es la principal lucha sindical actual.
Asimismo, la decisión del Bloque Popular Juvenil, BPJ de reiniciar el tiraje de su órgano de prensa, Militante. Por cierto, es muy interesante su posición al respecto de la destitución de los magistrados y el fiscal.
Plantean que “Un sector de la burguesía ha perdido el último bastión que le quedaba para contrarrestar la ofensiva de la facción burguesa detrás de Bukele. Ese sector burgués ahora tiene en sus manos el poder total del aparato del Estado para administrar eficientemente sus propios negocios. (Planteamiento del BPJ sobre la destitución de los magistrados de la Sala y el Fiscal. 2 de mayo de 2021).
Por otra parte, es también significativa la constitución este 1 de mayo – en la tumba de Schafik Handal_ del Movimiento Schafik Vive, MSV, que se plantea como “un movimiento patriótico de izquierda, anticapitalista, antiimperialista y antipatriarcal, solidario y humanista.”
Y es también muy importante la masiva y diversa presencia de organizaciones populares y sociales que se concentraron en la Plaza del Salvador del Mundo y marcharon hacia el Parque Cuscatlán.
Conclusiones
Las próximas semanas serán decisivas, sea para el afianzamiento del proyecto político de Nuevas Ideas o para su paralización y la búsqueda de un equilibrio con el proyecto oligárquico, respaldado hoy por el gobierno de Biden. Independientemente del desenlace de esta disputa, para estas fracciones burguesa y oligárquica, los intereses populares no son la prioridad.
Por lo que estos intereses populares únicamente pueden ser garantizados mediante el fortalecimiento de la unidad y coordinación de la izquierda, de la organización, conciencia y movilización del movimiento popular alrededor de las banderas de la lucha por la defensa de las libertades democráticas, de la ley de agua y de alimentación, de la reforma del sistema de pensiones, y de empleos dignos.
San Salvador, 3 de mayo de 2021
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