ORINAR DE PIE O SENTADOS: ¿CUÁL POSICIÓN ES MEJOR PARA LA SALUD DE LOS HOMBRES?
Prácticamente en toda la sociedad occidental, desde pequeños se nos induce una “directriz” que indica que los niños deben orinar de pie y las niñas sentadas. Esa norma, al parecer arbitraria, está siendo refutada por autoridades y entidades sanitarias de varios países del mundo. En algunos casos, argumentando razones de higiene y salud, en otros, exigiendo igualdad de derechos.
Pero como el tema es la salud, hablaremos entonces de lo primero.
PARÁMETROS URODINÁMICOS
La micción (orinar) es un proceso que a los hombres les resulta muy sencillo y práctico hacerlo de pie. Esto puede evidenciarse en sitios públicos, donde el movimiento en los baños suele ser más ágil, en parte por el corto tiempo que lleva desocupar la vejiga en esa posición y porque caben más urinarios que cabinas en espacios iguales.
Sin embargo, quienes conocen a fondo el tema sugieren tener en cuenta los parámetros urodinámicos, que básicamente relacionan la postura del cuerpo con el volumen de flujo de orina.
El proceso de la micción es controlado voluntariamente la mayoría de las veces. En condiciones normales, la vejiga puede acumular suficiente orina como para poder hacer las labores diarias y dormir varias horas seguidas durante la noche.
La vejiga generalmente puede almacenar entre 300 y 600 mililitros. Y requiere ser evacuada cuando llega a dos tercios de su capacidad.
Cuando está vacía, la vejiga se encuentra comprimida por los demás órganos. Su llenado se produce progresivamente, hasta que la tensión de sus paredes se eleva por encima de un valor umbral, lo cual desencadena un reflejo neurógeno que avisa cuándo hay que orinar, y de no hacerse, al menos provoca el deseo consciente de evacuar hasta llegar al lugar para conseguirlo.
Al momento de estar en una postura cómoda, el cerebro manda una señal a los esfínteres y a los músculos del suelo de la pelvis para que se relajen y así pueda salir la orina a través de la uretra. Al mismo tiempo, la vejiga se contrae y se desocupa.
No es normal tener que hacer fuerza para que salga el orín. De hecho, los hombres pueden presentar distintos síntomas que les lleva a padecer problemas temporales o permanentes al orinar.
¿ORINAR DE PIE O SENTADOS?
Un estudio de 2014 publicado en la revista científica Plos One sugiere que la inflamación de la próstata en los hombres, que impide la expulsión normal de la orina, podría favorecerse al orinar sentados.
En ese trabajo fueron comparados los parámetros urodinámicos de hombres sanos y hombres con síntomas de hiperplasia benigna de próstata (HBP), llamada también síndrome prostático.
Descubrieron que en los hombres con HPB, la postura sentada marcaba un mejor perfil urodinámico y un tiempo de orinada más corto. Pero en los hombres sanos, no se encontraron diferencias entre la postura de pie y sentada.
Si bien no se pudo llegar a una conclusión solo con base en los aspectos urodinámicos, la recomendación de varias entidades como el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido a los hombres con dificultades para orinar es que busquen lugares tranquilos y silenciosos donde puedan sentarse.
POR MOTIVOS DE HIGIENE
Otras teorías señalan que al orinar sentados pueden prevenir afecciones como el cáncer de próstata, a la vez que proporciona a los hombres una mejor vida sexual. Pero nada de eso ha sido comprobado.
Tales teorías fueron promovidas por un político sueco en 2012. Con ellas buscaba forzar a los hombres a sentarse cuando usaran los baños del concejo municipal.
La principal razón era la higiene, garantizando que ninguna persona volviera a pisar charcos o salpicaduras de orín originados por los empleados hombres cuando usaban los baños de pie.
Esa idea ha comenzado a tomar fuerza en varios países de Europa, especialmente en Alemania, donde ya hay baños con sensores que activan una luz roja (similar a la de un semáforo) para indicar que está prohibida la postura de pie.
Incluso en varias casas de familia, los propietarios colocan avisos en los lavabos para persuadir a sus invitados masculinos de sentarse en el retrete.
En 2015, se hizo muy popular el caso de una demanda interpuesta por el arrendatario de una vivienda en la ciudad de Dusseldorf. La casera se negaba a reembolsarle una fianza de 2.000 euros debido a daños causados en el suelo del baño por orinar de pie.
La casera consideraba que estas manchas sobre el mármol se podrían haber evitado si el hombre se hubiera sentado siempre que usaba el retrete.
Los jueces ordenaron hacer el reembolso al inquilino, declarando que éste había actuado dentro de las normas culturales de Alemania:
Orinar de pie es una costumbre de muchas personas del sexo masculino.
Comentarios
Publicar un comentario