Orgullo, soberbia, vanidad,
arrogancia espiritual y humildad
Enviado por JORGE
EDGARDO OPORTUS ROMERO
«No eres más porque te alaben, ni menos porque te critiquen;
lo que eres delante de Dios, eso eres y nada más».
Tomás de Kempis (1380-1471)
Desede hace bastante tiempo he
querido realiar este pequeño estudio acerca del ORGULLO, SOBERBIA, VANIDAD,
ARROGANCIA ESPIRITUAL Y HUMILDAD, sin embargo, voluntariamente siempre lo he
postergado dado a que, he encontrado no es fácil realizarlo pues, por una
parte, carecía de conocimientos, o confundía los conceptos o los empleaba como
sinónimos. Por otro lado, debo confesar intentando ser humilde, que en mí ha
existido toda una vida ciertas dosis de orgullopersonal y
professional. Por otra parte la vanidad no estuvo presente en mis durante
muchos años lo que me indujo a considerarme "superior" a mis pares.
Por otra parte, cuando se realizan algunos estudios acerca de
la Palabra de Dios, podemos caer en la Arrogancia Espiritaul al considerarnos
conocedores de La Verdad, sentirnos sin pecados o justificar el pecado por
las circunstancias. Es muy fácil ver en el hermano la paja en su ojo sin tener
la capacidad de vernos la tremenda viga que existe en el nuestro. Esto
verdaderamente es bastante serio porque, al actuar de esa manera, cortamos las
bendiciones que Dios a cada instante nos brinda con su Amor Incondicional
hacia nosotros y, por otra parte, dejamos de ser creibles o nos consideren de
doble estandat.
Iniciaré este estudio analizando el concepto,
significado y los aspectos negativos de orgullo, soberbia, vanidad y arrogancia
espiritual desde una óptica "laica"
y fundamentalmente Bíblica y por ultimo, la virtud que considero de gran estima
en el Ser como lo es la humildad.
Quiero hacer notar que no comparto en su totalidad la
apresiación de índole psicológica laica que expongo pero, me ha sido necesaria
incluirla para no caer en fundamentalismos religiosos.
Pido a Dios Padre, por medio de Su hijo Jesucristo y la ayuda
del Espíritu
Santo, me ilumine con Su sabiduría con objeto de poder ser
lo más veráz posible y que sea de ayuda para mis hermanos y hermanas en la fe
que lo leerán.
El orgullo, la arrogancia y la soberbia, se definen en un
sólo, espíritu, cuyo nombre es Leviatán. Este espíritu es la raíz de tos los
pecados, debido a que fue el pecado que llevó a Satanás a rebelarse en contra
de Dios. Una persona que
camina con orgullo, puede caer en cualquier pecado. Cada vez que una persona se
enorgullece, le recuerda a Dios la rebelión que ocurrió en el cielo. Hoy día,
hay un sin número de personas que han caído en pecado y no se han vuelto a
levantar por causa del orgullo que anida en su corazón.
Hay palabras sinónimas para referirse al orgullo, tales como
soberbia y arrogancia. Y tanto el orgullo, como la soberbia y la arrogancia,
son la raíz de todos los pecados. A continuación, estudiaremos cada uno de
estos conceptos que nos permitirán entender al menos medianamente este gran
enemigo del ser humano.
Los conceptos de orgullo, soberbia y vanidad van de la mano,
y lo cierto es que en mayor o menor medida, cualquier persona se ha dejado
llevar por este fantasma emocional en algún momento de su vida. Dentro del ser
humano se producen dos dualidades, la lucha entre el alma y
el ego. El alma te conecta con Dios, con la vitalidad, con la humildad… Por el
contrario, la soberbia y la vanidad conducen al ego, al deseo de
sobresalir por encima de los demás, a la rivalidad… ¿Qué hacer entonces?
Claros antagonismos del orgullo serían la humildad, la
vergüenza o la modestia que, por lo general, son considerados como
virtudes.
El sano orgullo es inmediatamente distinguible del orgullo
maligno (soberbia).
La vanidad es la falta de verdad, por error, estupidez o mala
voluntad, en la apreciación de la propia valía. El vanidoso se atribuye una
valía personal mayor de la que realmente tiene. Si lleva su vanidad al
extremo cae en un patético ridículo.El orgulloso, en cambio,
puede tener una justa apreciación de su valía, y ésta puede ser enorme. Pero su
engaño consiste en que considera que el mérito de esa valía es única y
exclusivamente suyo. No soporta pensar que ha llegado a esa valía ayudado por
otros y que, sin ellos, no hubiese llegado a estar donde está. Es un
desagradecido que suele pagar la ayuda que le prestan con el olvido o, peor
aún, con el rencor y el resentimiento. No quiere la cercanía de quienes le han
ayudado, porque le recuerdan su dependencia. "El orgullo es el
amor desordenado a la propia excelencia". El máximo grado del
orgulloso es considerar que uno no le debe nada a Dios, que no necesita su
ayuda en absoluto.
La soberbia es la falta de verdad acerca de nuestra posición
e importancia en el mundo. Al soberbio le gustaría ser el más importante.
Naturalmente no puede. Pero sí puede engañarse acerca de su posición en el
ranking. Puede convencerse de que su impacto en la marcha de la vida es más
grande de lo que en realidad es. Eso le hace sentirse poderoso. No soporta
pensar que alguien pueda tener más influencia que él en los acontecimientos.
Quiere controlar totalmente su vida, sin pedir nada a nadie. Aunque es difícil,
el soberbio puede no ser orgulloso y hasta ser agradecido. Puede reconocer el
mérito de sus padres o de sus educadores en haberle hecho como es y
agradecérselo, pero piensa que una vez que ha llegado a ser lo que es, su
impronta en el mundo será mayor que la de cualquiera que le haya ayudado a
llegar a donde está. En su grado máximo, vomita la sola idea de Dios.
La soberbia es la causa más importante de la increencia y la
más difícil de erradicar. El diablo, que no puede negar la existencia de Dios,
le odia, precisamente porque Dios es Dios y él no.
La arrogancia espiritual o cinismo religioso es una actitud de
manipulación de Dios. Los cínicos religiosos dicen: "Si soy creyente puedo
hacer lo que sea que Dios siempre me protegerá", creyendo que Dios nos
sobreprotege y nos evita asumir las consecuencias de nuestros actos. También
pretenden hacer del perdón la justificación perfecta para hacer cualquier acción mala
o negativa. No importa lo malo que haga, al fin y al cabo Dios me perdona.
Olvidando que el perdón siempre exige un arrepentimiento verdadero y el deseo
de no volver a hacer lo malo.
La humildad es el antídoto
a los tres pecados de vanidad, orgullo y soberbia. Decía santa Teresa que
"la humildad es vivir en la verdad. Y así es. El que vive en la verdad
sabe su auténtica valía, reconoce que está en deuda con mucha gente que le ha
ayudado a alcanzarla, con Dios en primer lugar, y se sabe una ínfima causa en
un universo inmenso
regido por un Dios providente sin el que no podría ni tan siquiera existir y en
el que él sólo puede arañar la superficie por mucho poder que tenga. Sabe
también que sin la colaboración de muchas personas no podría ser causa
eficiente de casi nada. Busca el apoyo y la colaboración de todo el mundo y lo
agradece. Sobre todo, contempla lleno de asombro y embargado por un sentimiento
de pequeñez y gratitud la grandeza y la belleza del cosmos y del Dios que lo ha
creado".
Definición conceptual:
- Exceso
de estimación propia y de los propios méritos, por el cual se cree uno
superior a los demás.
- "Arrogancia,
vanidad, exceso de estimación propia
- "Satisfacción
personal que se experimenta por algo propio o relativo a uno mismo y que
se considera valioso".
- El
orgulloso es aquel que tiene un alto concepto de si mismo y confía en todo
lo que hace porque tiene la certeza de que puede hacer todo bien y que no
hay nadie mejor que él.
El orgullo desde el punto de vista psicológico:
Sentirse orgulloso de si mismo por algo que se hizo bien es
saludable, siempre que ese orgullo no se transforme en soberbia y esa persona
se crea que es un dios que nunca se equivoca y que el resto de la gente es bien
poco vale. Tener confianza en si mismo es positivo pero tenerla en exceso puede
limitar a una persona a llegar hasta ahí y no intentar nada nuevo.
Desde este punto de vista (psicológico) existen dos tipos de
orgullo: El Positivo y el Negativo.
- 1. Desde
el punto de vista Positivo, el orgullo, nos permite valorarnos a nosotros,
a lo que somos capaces de construir, a nuestras acciones y
experiencias, a nuestros propios logros así como también los logros y
acciones de los demás. Nada de negativo recae en compartir nuestros éxitos
y esfuerzos con las personas que queremos. "Merecemos"
(merecemos realmente?) "darnos la palmadita en la espalda"
cuando hicimos las cosas bien o pusimos todo nuestro empeño en lograrlo.
Desde el punto de vista de la psicología, el no
darnos permiso para ser orgullosos es arrebatarnos la oportunidad de
valorarnos.
Barbara Fredickson, psicóloga señala que, el orgullo no es
sinónimo de soberbia y que recibir halagos por nuestra labor o por cualquier
otra característica positiva que poseemos es algo hermoso, debemos recibir con
brazos abiertos a las personas que nos valoran y también aprender a valorarnos
a nosotros. Agrega: "siéntete orgulloso de ti y de los demás y no temas
aventurarte en la hermosa experiencia de amarte saludablemente a ti
mismo".
- 2. Desde
el punto de vista Negativo, el orgullo propio nos puede conducir a la
arrogancia al no escuchar o minimizar el aporte de los demás. Se caracteriza
este orgullo porque el orgulloso siempre pasa primero, habla primero, se
ubica primero tratando de hacerse ver y decir lo que tiene que decir
porque cree que es lo mejor. Del mismo modo, el orgulloso se siente
imprescindible y no confía en nadie más que en él mismo. Es el que
tiene la
familia perfecta, los hijos perfectos, la mejor casa, el que
eligió el mejor auto, tiene el mejor cónyuge, y el que tiene el
mejor trabajo y
el sueldo más alto. El orgulloso no acepta el aporte de los demás,
descarta cualquier sugerencia sólo porque no se le ocurrió a él.
El orgulloso se aferra a una postura y la defiende a muerte,
sin márgenes para el error o las correcciones. Es el sabelotodo que se adhiere
a utopías ya hechas para no adjudicarse a si mismo sus fracasos y es el que se
identifica con todo lo que tiene.
La persona orgullosa vive pendiente de las apariencias y
necesita estar primera, sentirse que ocupa el primer lugar, y que tiene lo que
hay que tener para pertenecer a la clase que
justifica plenamente su orgullo.
Nota:
Hago notar que, si bien es cierto comparto algunas
afirmaciones desde el punto de vista psicológico, también es cierto que no las
comparto en su totalidad. Mas adelante dare las razones del caso.
La Biblia y el orgullo:
¿De dónde viene el espíritu de orgullo?
El espíritu de orgullo viene desde que Satanás pecó y su
corazón se enalteció en contra de Dios. Fue el orgullo lo que lo llevo a la
destrucción. Se encontró en él pecado de iniquidad y orgullo, y por esa razón,
Dios lo derribó de los cielos.
Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste
tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra,
y delante de los reyes te pondré por espectáculo". Ezequiel 28.17
Desde ese entonces, de alguna manera cada uno de nosotros ha
sido controlado o influenciado por el espíritu de orgullo, unos en mayor grado
que otros. Uno de los efectos que provoca la acción de este espíritu es la
"ceguera mental". La palabra de Dios le llama, espíritu de Leviatán,
"el rey de los soberbios".
¿Que es el espíritu de Leviatán? Leviatán:
Significa Rey sobre los hijos de orgullo.Cuando una persona
es controlada o influenciada por el espíritu de orgullo o Leviatán, presenta
tres características principales:
- 1. Terquedad.
- 2. Dureza
de Cerviz.
- 3. Dureza
de corazón.
¿Cómo describe la Biblia al espíritu de Leviatán?
"En aquel día Jehová castigará con su espada dura,
grande y fuerte a Leviatán, la serpiente veloz, a Leviatán, la serpiente
tortuosa; y matará al dragón que está en el mar". Isaías 27.1
"Aplastaste las cabezas del Leviatán y lo diste por
comida a los habitantes del desierto". Salmos 74.14
Dios formula preguntas en el libro de
Job (capítulo 41) acerca del espíritu de Leviatán. A través de cada una de
estas preguntas, el Señor nos revela la naturaleza de
Leviatán: "¡¿Sacarás tú al leviatán con anzuelo, o con cuerda que le eches
en su lengua?
¿Pondrás tú soga en sus narices, y horadarás con garfio su quijada?" Job
41:1-2.
Esta pregunta que Dios hace a Job es acerca de la inhabilidad
del hombre para
dominar por sí sólo este espíritu. Nosotros, los seres humanos, no podemos
sujetarlo con una soga, ni atarle su quijada. La única manera de vencerlo es
por medio de la ayuda de Dios, reconociendo en humildad, que nada se puede
hacer sin Jesús. El comienzo de la humildad es reconocer nuestras limitaciones
y nuestra dependencia de Dios. La persona orgullosa no depende de Dios para
vivir y hacer las cosas en su vida; sino que se basta a sí misma para obtener
lo que quiere.
Una persona influenciada por este espíritu no considera la
oración como algo importante. Hemos encontrado que el espíritu de Leviatán o de
orgullo es un obstáculo para la oración. Hay personas que tienen dificultad
para orar porque están bajo la influencia de Leviatán; a veces, hasta se quedan
dormidas como una manifestación de este espíritu. La gente orgullosa no ve ni
siente la necesidad de orar. Las personas humildes reconocen la necesidad de
buscar a Dios y de rezar porque saben que, sin Él, no pueden vivir. Sin
embargo, los orgullosos tomar decisiones sin buscar la voluntad del Señor en
oración, pues no lo consideran necesario. "…el malo por la altivez de su
rostro no busca a Dios; no hay Dios en ninguno de sus pensamiento".
Salmo 10:4.
A las personas orgullosas, se les hace difícil aceptar y pedir
ayuda; y a menudo, hablan en un tono duro. Les cuesta recibir de la gente
regalos o hasta los favores más pequeños.
El orgullo se convierte en un obstáculo para las personas que
entran en un pacto de amistad o
una relación íntima. Las personas bajo la influencia del espíritu de orgullo
trabajan solos; en otras palabras, sin cobertura ni bajo autoridad alguna.
En repetidas ocasiones, vemos divorcios, destrucción de
noviazgos... causados por la influencia del espíritu de Leviatán, que hace que
las personas no perdonen ni se humillen, prefiriendo así romper el pacto
matrimonial, de noviazgo o amistad.
El orgullo ciega a la persona, impidiendo que reciba y camine
en el pacto que tiene a través de la sangre de
Jesús. Algunas personas no tienen revelación de lo que es liberación, sanidad,
prosperidad, fe y otras verdades que están en la Biblia.
"¿Hará un pacto contigo para que lo tomes por esclavo
para siempre?" Job 41.4
Un esclavo en Cristo, es un creyente que sirve al pueblo, y
si quieres servir, te puede encontrar con que el orgullo te va a impedir
someterse y servir a otros, puesto que se requiere humildad para hacerlo. El
orgullo siempre quiere estar por encima y en control.
Una persona orgullosa quiere que todo el mundo se someta a ella y le sirva. Si
tienes problemas para
someterte y para servir, es porque tienes alguna influencia de Leviatán. Jesús
es nuestro ejemplo de humildad, ya que Él se humilló y se hizo hombre por
nosotros.
El orgullo te dará batalla en todo lo que hagas. Un consejo
importante: Nunca te metas en contienda con una persona orgullosa, porque
siempre habrá discusión debido a que la contienda es parte de su vida, es algo
que lleva por dentro, y su satisfacción es ver humillada a la persona que se
atreva a oponérsele. Toda persona contenciosa es orgullosa. La palabra de Dios
nos enseña que: Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes".
Santiago 4.6
Lo que nos está diciendo esta escritura,
es que Dios se resiste, como un general, para no dejar avanzar a una persona
que sea orgullosa en ninguna área de su vida, y como resultado, le va mal en
todo. Algunos se preguntan: ¿Por qué me va mal en mis finanzas?
¿Por qué me va mal con mis hijos y mi cónyuge? ¿Por qué Dios no contesta mis
oraciones? ¿Por qué siempre que hago algo me sale mal? La respuesta a estas
preguntas es que hay un general que lo está resistiendo, y ese general, es Dios
mismo. "Su espalda está cubierta de fuertes escudos, cerrados
estrechamente entre sí". Job 41.15
El espíritu de Leviatán u orgullo se cubre con otros
espíritus para protegerse a sí mismo de los ataques. Estos espíritus funcionan
como escudos, para volverlo impenetrable. Estos demonios que lo protegen, son
con los que se tiene que lidiar primero para luego echar fuera al espíritu
fuerte (Leviatán).
Algunas personas no pueden recibir santidad porque su reino
está protegido con escudos. Por ejemplo, algunas personas influenciadas por
este espíritu de orgullo, se protegen con espíritus de rechazo, lujuria, inseguridad,
vergüenza, temor y otros. Todos estos espíritus se encuentran en una persona
que tiene espíritu de orgullo. Algunas veces, las personas dan
"razones" por las cuales son orgullosas. Todo el tiempo están
levantando paredes para no dar amor ni darle el corazón a nadie. Lo más
terrible de todo esto, es que la persona que tiene el espíritu de Leviatán,
está tan cegada que no se da cuenta de que es orgullosa. Estas razones
provienen de los espíritus (escudo del Leviatán), que están ejerciendo su tarea
de protegerlo.
La persona
que está cegada por el espíritu de Leviatán, es impenetrable, no se puede
llegar a su corazón y, si por casualidad se llegase a tocar su corazón,
pronto se alejarán argumentando razones para tal alejamiento, razones que
siempre son producto de
su orgullo. Dios mismo tiene que romper ese corazón a través del padecimiento
y del dolor para poder penetrar esa coraza. Házte esta pregunta: ¿Hay algún
área de mi vida que es impenetrable, que la estoy cubriendo de alguna manera?
El poder de Leviatán es roto, solamente cuando echamos fuera aquellos
espíritus que lo protegen.
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"El uno se junta con el otro de modo que el viento no
pasa entre ellos". Job 41:16.
El viento, en el idioma griego, es "pneuma", que
significa espíritu; y si lo aplicamos a lo que estábamos hablando
anteriormente, diríamos que las escamas están tan apretadas entre sí, que ni
siquiera el Espíritu Santo (viento) puede pasar, entrar. El orgullo es un
espíritu que bloquea a una persona para que no pueda fluir en lo espiritual. A
menudo, las personas a las que les cuesta mucho fluir en los dones del Espíritu
Santo, son las que están batallando con el espíritu de Leviatán. El enemigo
habla a la mente y al corazón de la persona orgullosa, dándoles razonamientos y
excusas, tales como: "tú lo tienes todo, no necesitas nada más, no
necesitas cambiar, tu denominación es la correcta, tu determinación es la
correcta y todo el mundo está mal, tú tienes la sana doctrina, y la
verdad". Dios quiere cambiar eso por medio de su Espíritu Santo; pero
nosotros, por nuestro orgullo, no lo dejamos.
El espíritu de orgullo en una persona, bloquea todo aquello
que la pudiera llevar a cambiar para mejorar y ser diferente; bloquea su
corazón para que, al momento de ser corregida, rechace la corrección y no pueda
crecer espiritualmente, que es lo que sucede cuando una persona recibe la disciplina.
"Unido está el uno con el otro, trabados entre sí, no se
pueden separar". Job 41;17
Los demonios suman fuerza cuando
se juntan (crean una cadena de ataduras en la persona), ayudándose mutuamente
para mantener protegido al "hombre fuerte". Si estas personas no
buscan su liberación, pueden permanecer "atadas" durante muchos años;
pero, en el momento en que deciden humillarse y arrepentirse, el Señor puede y
quiere obrar en ellas. "Cuando estornuda, lanza relámpagos; sus ojos son
como los párpados del alba.
19De su boca salen llamaradas; centellas de fuego brotan de ella". Job
41:18-19
Este espíritu orgulloso es un dragón que se manifiesta a
través de la lengua. Santiago 3:15 dice: "Así también la lengua es un
miembro pequeño pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque
enciende un pequeño fuego!"
Ésta es una referencia obvia al orgullo. Leviatán manifiesta
lo que es a través de la lengua. ¿Cómo lo hace?
- 1. Jactándose
(recordemos que el soberbio es uno que se jacta de sus logros, que exagera
facultades y virtudes que no tiene, y siente en su corazón y dice con su
boca que haría cualquier cosa, mejor que los otros).
- 2. Mintiendo
exageradamente.
- 3. Maldiciendo
continuamente. La persona orgullosa siempre está hablando mal de otros y
exaltándose a sí misma.
"Por el pecado de su boca por la palabra de sus labios
sean ellos presos en su soberbia y por la maldición y mentira que
profieren". Salmo 59.12
Dos de los pecados de orgullo son maldecir y mentir.
Una persona orgullosa se jacta continuamente. Pero, ¿qué es
jactarse? Jactarse significa hablar de uno mismo con vanagloria; es alardear,
presumir, ostentar de lo que se tiene o se cree ser o tener. ¿Por qué las
personas mienten acerca de su edad? ¿Por qué mienten acerca de su estado civil,
de su raza, nacionalidad,
origen y pasado? Porque un espíritu de orgullo los está influenciando.
"De sus narices sale humo, como de una olla o caldero
que hierve". Job 41.20
"Un caldero u olla que hierve". La palabra hervir
nos da a entender un estado de agitación emocional y sentimental, referentes a
la ira y a la contienda. La ira y la contienda son manifestaciones del orgullo.
Proverbios 73:70 dice: "Ciertamente la soberbia produce discordia, pero
con los prudentes está la sabiduría".
"Un hombre que se cree importante a sí mismo, provoca
riñas y disputas". Aquellos que son fácilmente dados a las contiendas, a
las riñas y a la ira, son controlados por Leviatán. El espíritu de Leviatán es
el que incita a las personas a provocar contiendas, chismesa, discusiones entre
los hermanos, la familia y
en el hogar. La ira y la contienda van de la mano. Por esa razón Job dice en
"En su cerviz está su fuerza, y delante de él cunde el desaliento".
Job 41:22
Hay dos fuentes que
manifiestan el Espíritu de Leviatán, y éstas son:
- 1. La
testarudez
- 2. La
dureza de corazón
De acuerdo al versículo citado, Leviatán es fuerte en su
cerviz o cuello. "En su cerviz está la fuerza". Esto se refiere a que
el ser testarudo y rebelde es una manifestación del orgullo. Las personas
orgullosas odian la sumisión a la autoridad, y son como el mulo, es decir,
nunca cambian su mentalidad. A esta clase de personas, se les considera de
"mente cerrada"; nunca salen de su caja. Nunca ceden la razón a
nadie.
¿Qué significa ser testarudo "necio-necedad" o de
dura cerviz?
La persona que es testaruda, se rehúsa a cambiar; no admite
que está equivocada ni pide perdón. Hay algunas personas que se rehúsan a
cambiar su vida personal, y por eso, Dios no ha obrado en ellas. También, se
rehúsan a cambiar en su vida sentimental o su matrimonio porque
siempre están culpando a la mujer o
al hombre, y mientras cada uno no tome responsabilidad de
sus actos y se humille, no habrá cambio.
¿Por qué las personas van de iglesia en
iglesia y no se plantan en ninguna?
Porque se rehúsan a cambiar. Tienen una luna de miel con el
sacerdote o el pastor y la iglesia mientras no se les dice nada que los
contraríe. Cuando se les dice la verdad, se van. Cuando las hieren, se van,
porque no soportan la presión de
sus líderes ni la presión de servir.
Muestran una gran resistencia
al cambio, y todo esto, no es otra cosa que una manifestación del espíritu
de Leviatán. Una señal de que estás creciendo espiritualmente en un lugar, en
el ámbito personal y familiar, es que hay cambios en tu vida. Los cambios
son señales de
que Dios está trabajando en tu corazón y que no lo estás resistiendo; si estás
cambiando, regocíjese. Por ejemplo, si antes te gustaba decir malas palabras y
maldecir y ya no lo hace, significa que está cambiando. Si antes no diezmaba, y
ahora has decidido obedecer para recibir más bendición diezmando, quiere decir
que estás cambiando. Si antes eras controlado por la ira y ahora logras
controlar tu ira, es porque está cambiando; no estás resistiendo a Dios, sino
que te estás dejando moldear por Él. "Firme es como una piedra su corazón,
fuerte como la piedra de un molino". Job 41:24
Una persona influenciada con el espíritu de Leviatán, tiene
su corazón endurecido, y por eso, no puede ser sensible a la voz de Dios. El
endurecimiento del corazón es causa de las heridas emocionales del pasado y de
la práctica del pecado continuo. Esto lleva a la persona orgullosa a endurecer
su corazón. Veamos lo que Jesús dijo en Marcos 8:17 "Y entendiéndolo
Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, por qué no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis?
¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón?". Esta condición de endurecimiento
de corazón, da como resultado ceguera y sordera espiritual. Eso le ocurre a
aquellos individuos orgullosos no entendidos ni oidores de la Palabra. Es
alguien que casi nunca llora, que no sufre quebrantamiento en su corazón.
Una persona orgullosa siempre provoca grandes problemas de
contienda dondequiera que vaya, y agita todo a su alrededor. A veces no es
sensible a la necesidad de la familia ni de las personas en general. De cosas
minúsculas, forma un gran problema, y hace enojar a todos los que están con
ella. "Menosprecia toda cosa alta; es rey sobre todos los soberbios".
Job 41:34
Menosprecia todo aquello que le hable o le recuerde que hay
que humillarse, servir, depender de Dios. Todo aquello que es noble y bueno, lo
desprecia. El espíritu de Leviatán menosprecia la oración, menosprecia el amor
a los demás, a Dios y a su Palabra, y su único deseo es exaltarse a sí mismo.
¿Cuáles son los espíritus relacionados con Leviatán?
Ira, Brujería, Arrogancia, Perfeccionismo, Contención,
Rebeldía, Desobediencia, Vanidad, Independencia,
Adivinación, Mentira, Rechazo.
El espíritu de orgullo es un espíritu que compensa a la
persona que se siente rechazada. Cuando una persona se siente rechazada, el
orgullo causa que ella sienta una falsa seguridad y
que ella se sienta mejor acerca de sí misma. El espíritu de orgullo causa que
la persona se cubra y se esconda, que sienta miedo de ser ella misma, porque
eso lo hace vulnerable.
El orgullo, pecado capital:
Una valoración negativa del término resultan del cristianismo que
relaciona al orgullo con la persona vanidosa y prepotente que suele dejar a
Dios de lado. Para la Iglesia Católica, el orgullo y la soberbia, son unos de
los siete pecados capitales que manifestó santo Tomás de Aquino.
Existe una diferencia entre la clase de orgullo que Dios odia
(Prov 8:13) y la clase de orgullo que sentimos acerca de un trabajo bien
realizado. La clase de orgullo que procede de la auto-justificación es pecado y
Dios la aborrece porque es un obstáculo para buscarle a Él. El Salmo
10:4 explica que los orgullosos están tan llenos de sí mismos que sus
pensamientos están lejos de Dios. "El malo, por la altivez de su rostro,
no busca a Dios; no hay Dios en ninguno de sus pensamientos." Esta
clase de orgullo altanero, es lo opuesto al espíritu de humildad que Dios
busca: "Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el
reino de los cielos." Mateo 5:3. De esta manera, los "pobres de
espíritu" son aquellos que reconocen su total bancarrota espiritual y
su inhabilidad para venir a Dios aparte de Su divina gracia.
Los orgullosos, por otra parte, están tan cegados por su
soberbia, que piensan que no tienen necesidad de Dios o aún peor, que Dios debe
aceptarlos como son, porque ellos merecen ser aceptados.
A través de toda la Escritura, se nos habla acerca de las
consecuencias del orgullo. Proverbios 16:18-19 nos dice que, "Antes
del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu.
Mejor es humillar el espíritu con los humildes, que repartir despojos con los
soberbios." Satanás fue echado del cielo por su orgullo (Isaías
14:12-15). Él tuvo la egoísta audacia de intentar reemplazar a Dios mismo como
el legítimo gobernante del universo. Pero Satanás será lanzado al abismo del
infierno en el juicio final de Dios. De la misma manera, para aquellos que se
levantan desafiantes contra Dios, no les espera nada más que el desastre, "Porque
yo me levantaré contra ellos, dice Jehová de los ejércitos, y raeré de
Babilonia el nombre y el remanente, hijo y nieto, dice Jehová." (Isaías
14:22).
El rehusar admitir el pecado o justificarlo como también
querer reconocer que hemos logrado tal o cual objetivo por
nuestra propia valía no llegaremos a vivir y heredad la vida eterna. El
orgullo, ha sido una piedra de tropiezo para la gente soberbia. No debemos
sentirnos superiores de nosotros mismos, pero si queremos glorificar algo,
entonces debemos proclamar la exelencia Dios Padre. Lo que decimos de
nosotros mismos, no significa nada en la obra de Dios. Es lo que Dios dice
acerca de nosotros, lo que hace la diferencia. "Nosotros no debemos
jactarnos más de lo debido. "Nos limitaremos al campo que Dios nos ha
asignado según su medida, en la cual también ustedes están incluidos".
(2Cor 10:13).
¿Por qué es el orgullo un pecado tan grande?. Muy simple, es
porque el orgullo es darnos el crédito a
nosotros mismos por algo que Dios ha hecho en nosotros o por nosotros. El
orgullo toma la gloria que solo le corresponde a Dios y nos la da a nosotros
mismos. El orgullo es en esencia una auto-adoración. Cualquier cosa que
hubiéramos hecho en este mundo, no habría sido posible si Dios no nos hubiera
permitido realizarla. Por esta razón le damos la Gloria y elevamos Alabanzas a
Dios porque solo Él la merece.
El sabio es libre cuando obedece a Dios:
El principio de la sabiduría es el temor de Dios dice
Salomón: "El sabio de corazón recibirá los mandamientos..." Prov.
10:8. Esto quiere decir que un hombre sabio de verdad, observará los
preceptos de Dios para cumplirlos ¡no para desacatarlos! El
hombre sabio se aparta del mal para no ofender a Dios. Se aparta
del orgullo. Por eso David exclamó: "En tus mandamientos meditaré;
consideraré tus caminos. Me regocijaré en tus estatutos; no me olvidaré de tus
palabras" Sal 119:15-16.
Hay personas que quieren vivir sin prohibiciones, o sin leyes divinas
que los rijan. Afirman que quieren ser "libres" y no
"esclavos" de reglas o mandatos divinos que no les dejen
"disfrutar" de la vida. Pero estas personas NO saben que los que
desobedecen a Dios, y a sus leyes, son esclavos del pecado. Al respecto
dice Jesús: "...todo aquel que hace pecado, esclavo es del
pecado." Juan 8:34. Es decir, el que no quiere obedecer
los mandamientos de Dios, se vuelve esclavo de su carne, de sus pasiones, y de
sus vicios. Quien es verdaderamente libre es aquel que se ha decidido a dejar
el pecado de orgullo, y esto significa; someterse a los mandamientos de Dios
con humildad. De modo que si quieres ser verdaderamente libre de tu
orgullo, debe seguir el siguiente consejo de Jesús: "Así que, si el
Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres" Juan 8:36. Sí,
Jesús es el único que puede libertar al pecador perdido y esclavo. Sólo Cristo;
su doctrina y sus mandamientos, pueden hacernos libres de orgullo.
El orgullo en el corazón:
La Biblia nos dice, "El malo, por la altivez de su
rostro, no busca a Dios" Salmo 10:4. El asunto no es cómo impresiona
una persona (de hablar suave, gracioso), sino más bien, la condición humilde de
su corazón para con Dios.
El orgulloso busca su propia honor y no la gloria de Dios. La
Escritura también nos dice:
- "Antes
del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de
espíritu" Prov. 16:18.
- Dios
odia el orgullo de los hombres, y también odia a aquellos hombres que lo
poseen: "Los insensatos no estarán delante de tus ojos; aborreces a
todos los que hacen iniquidad" Salmo 5:5.
Aquellos que hacen iniquidad son los mismos hombres
orgullosos que rechazan a Dios:
- "Dice
el necio en su corazón: No hay Dios... ¿No tienen discernimiento todos los
que hacen iniquidad?" Salmo 14:1-4. Y también,
- "Abominación
es a Jehová todo altivo de corazón, ciertamente no quedará impune"
Proverbios. 16:).
En cuanto a aquellos que son humildes de corazón ante Dios,
Dios ha prometido bendecirles. "Bienaventurados los mansos, porque
ellos recibirán la
tierra por heredad" Mateo 5:5. Dios ha prometido
quitar al orgulloso del poder y establecer a los mansos como los habitantes y
regentes de la tierra. Entonces, te pregunto: Cuál es tu meta en esta vida?
Quieres realmente vivir ya la vida eterna y prolongar esta vida mas allá de tu
muerte física?.
Si es lo que quieres, deja tu orgullo y pide a Dios te de un corzón de carne
humilde desterrando tu orgullo que a nada positive te conduce.
Sin embargo, el corazón humano es engañoso y desesperadamente
malvado, aún entre aquellos a quienes Cristo ha salvado. Los humildes por
quienes Cristo murió y que están sujetos al pecado del orgullo mundano,
frustran la bendición de Dios. Juan escribió para amonestarnos contra esta
tentación, "No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si
alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en
el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la
vida, no proviene del Padre, sino del mundo" 1 Juan
2:15-16. Pedro también advierte a los creyentes de la condenación de Dios
contra el ser orgulloso, "Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los
ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestios de humildad; porque: Dios
resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes" 1 Pedro 5:5.
Mirado a la luz de
la verdad, no tenemos ninguna razón para ser orgullosos. Saquemos de
nuestra biblioteca la
Biblia para leer y estudiar algunos versículos que así lo corraboran.
- 1. Fuimos
creados por otro. Vinimos como niños desvalidos
y no tuvimos decisión en el asunto. Nosotros no escogimos ser hombre
o mujer,
fuerte ó débil. (Sal.100:3, 1Co.6:19-20; Job 38:4)
- 2. Tenemos
una naturaleza pecaminosa que no podemos cambiar (Jer.13:23;
Sal.39:5; Is.64:6). Si hay algo justo en nosotros, vino de Dios. Nada
bueno sale de nosotros si no es de Dios (Ro.7:18-21).
- 3. No
tenemos habilidad o poder alguno salvo el que Dios nos
da. Toda habilidad física, mental o espiritual,
viene de Dios (Dt .8:18; 1Co.4:7; Stg.l:17; Jn.3:27) El hombre no tiene
habilidad en si mismo para hacer nada.
- 4. No
podemos controlar nuestro destino ó guiamos a nosotros
mismos (Jer.10:23; St.4:13-16; Ec.8:8). El hombre no puede
controlar lo que traerá el mañana, tampoco se entiende a si
mismo, ni tiene las respuestas a sus verdaderas
necesidades. No puede hacer cosa alguna sin la ayuda de Dios. Así que
cuando el hombre es orgulloso, está engañado. El Apóstol
Pablo nos exhorta a no pensar de nosotros mismos más alto de lo debido, y
a no ser sabios en nuestra propia opinión. El problema está en lo que
estamos pensando. Por
naturaleza tenemos una
mente altiva (Ro.12:2-3,16; Pr.23:4;
Gá.6:3; 1 Co.8:2).
Algunas características sobre la persona orgullosa.
Los invito a que analicemos estas caracterícticas que tienen
las personas orgullosas con toda honestidad.
Para ello, pidamos en oración la ayuda al Espíritu Santo para que nos illumine,
nos de sabiduría y veracidad y, de esta manera, reconocer si algunas de ellas
están presentes en nuestras vida. No busquemos justificaciones por nuestros
actos pues justificarse, es no reconocer nuestros errores, faltas y
pecados. Una institución cuyo deber es la defensa nacional dice: "La
justificación agrava la falta".
Un ejemplo de justificación sería: "si soy orgulloso de
mis logros en la vida, se debe a que con mucho esfuerzo y perseverancia he
logrado ser lo que soy y tener lo que tengo. Este tipo de justificación es no
reconocer que lo que eres y tienes, -si bien es cierto ha sido con tu
esfuerzo-, no es menos cierto que se debe a las bendiciones que Dios te ha dado
para lograrlo. No reconocer que es Dios es el que te ha dado ciertas
capacidades, que te ha bendecido, simplemente es negar el poder de Dios en tu
vida.
- EL
ORGULLO hace que el hombre trate de aparentar ser algo que no son. El
orgullo por lo tanto nos hace falsos e hipócritas.
- EL
ORGULLO debido a que nos hace tratar de aparentar lo que no somos,
nos coloca bajo una tensión indebida. Cuando se está tenso, también se
está agotado. Así que el orgullo nos consume emocionalmente y es el
responsable de nuestro agotamiento y crisis nerviosas.
- EL
ORGULLO nos hace tener una alta opinión de nosotros mismos y ver
inferiores a otros y sus opiniones. El orgullo puede ser muy descortés,
mientras que una muestra de
grandeza es la habilidad de recibir de otros,
cualquiera que sea su nivel. El orgullo
definitivamente empequeñece al ser humano.
- EL
ORGULLO es pretencioso y cree que tiene todas las respuestas, lo cual
no es cierto. Debido al orgullo, la gente no escucha a otros, por lo tanto
el orgullo es falta de sabiduría.
- EL
ORGULLO hace que el hombre albergue ideas muy elevadas
de si mismo e induce a muchos a vivir en un mundo de sueños.
¡Nadie es tan grande como yo! o "¡Soy la respuesta a los problemas
del mundo!" (Gá.6:3).
- EL
ORGULLO puede estar en el fondo de la
timidez o vergüenza. Una persona tímida no se
expondrá a ser vulnerable y con mucho cuidado se protegerá a si
misma. ¡Qué horrible si me equivoco, qué tremendo si me
critican, se van a dar cuenta de como soy, me van a humillar! El
orgullo es la raíz de ciertos temores. El orgullo protege arduamente al
Yo. Jesús fue humilde, vulnerable y estuvo dispuesto a verse como un
fracaso.
- EL
ORGULLO busca lo suyo propio y anhela la alabanza de los hombres. El
orgullo lucha por tener un gran nombre, titulo propio y gran popularidad.
El orgullo ama la publicidad y
desea ser el centro de atención,
y le preocupa más la opinión de los demás que la de Dios (Jn.5:44). El
orgullo utiliza retóricas y palabras elevadas que la gente ordinaria
desconoce y ni sabe pronunciar, con el fin de
exaltarse a si mismo y sonar superior. Satanás es un intelectual
complicado y así son los
cristianos orgullosos (2Co.11:3). Jesús utilizó las
palabras más simples y sencillas cuando enseñaba. Jesús nunca
pretendió obtener una reputación terrenal (Fil.2:5-8).
- EL
ORGULLO es la razón de una disposición violenta. La gente orgullosa
tiene terribles arranques de cólera debido
a que su ego es muy sensible y no consiguen lo que quieren. Con la ira
viene la amargura, el resentimiento y muchos otros males.
- EL
ORGULLO es la razón principal de la falta de paz. Muchos conflictos cesan
cuando el orgullo ha sido purgado.
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