Ir al contenido principal

Los que no alcanzan ni a migrar

Los que no alcanzan ni a migrar

Desde América Latina, los especialistas en el estudio de la migración dividen las olas migratorias en dos grandes fases: la primera inició a principios del siglo XVI con la llegada de colonos europeos y esclavos africanos a estas tierras y se prolongó hasta entrado el siglo XX cuando, por la depresión económica de Occidente y las guerras europeas, algunos países de Sur América fueron el destino de millones de personas del viejo continente. La segunda fase se caracteriza por el cambio de sentido del flujo migratorio, desde países del sur hacia países del norte y comenzó alrededor de 1950 y continúa en la actualidad.

Por: Omar Serrano
A comienzos del nuevo siglo la migración ha cobrado nuevas características y parece que lo importante es huir hacia países que ofrecen mayores posibilidades de sobrevivir sin importar su ubicación. La migración ha sido catalogada por muchos como el fenómeno de este siglo XXI. La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados estima que en la actualidad el 3.6% de la población mundial -unos 281 millones de personas-  residen fuera de sus países de origen1. Las olas migratorias de este tiempo, por su escala y por su dramatismo, son un fenómeno que ha hecho estremecerse al mundo y, de alguna manera, lo está reconfigurando. Ya sea que a los migrantes se les rechace, como suele suceder cuando la migración es masiva, o se les acoja, el fenómeno está cuestionando nociones tradicionales de soberanía y ciudadanía, está dando paso a nuevas identidades y redefiniendo relaciones internacionales.

Desde el norte de Centroamérica, la migración fundamentalmente es producto de causas socioeconómicas a tal grado que, además de ser un derecho humano, en muchos lugares se ha vuelto un imperativo. Las condiciones de pobreza, exclusión y violencia se han vuelto tan duras que los peligros que conlleva la decisión de migrar, especialmente hacia Estados Unidos, pierden peso ante el dilema de seguir sufriendo en los lugares de origen. Por esta crítica situación muchas veces suele pensarse que quienes más migran hacia el norte son los más pobres de los pobres. Pero esto no es del todo cierto. Para migrar hacia Estados Unidos se necesita poseer algo de valor económico aunque sea para empeñarlo o alguna persona que ayude a cancelar las cada vez más altas cantidades de dinero que ganan los coyotes. Incluso los que deciden arriesgarse viajando sin tutela, ya sea de manera individual o en caravanas, deben llevar alguna reserva económica para todas las necesidades que demanda el extenuante viaje. Sin embargo, los sectores más empobrecidos no tienen ni siquiera la opción de abandonar su país. Especialmente la juventud marginalizada a la que en su propia tierra se le niega una vida digna, justa y segura, y carece de familiares y amistades en el norte, está abandonada a su suerte y se vuelve presa de caminos subterráneos de sobrevivencia. Algo parecido sucede con los niveles educativos de la población que emigra.

A veces se piensa que los que han tenido menos oportunidades de educación formal son los que más tienden a dejar su tierra en busca de mejores horizontes. Pero esto tampoco es cierto. Quienes tienen mayor nivel educativo tienen una propensión más alta a migrar. Un estudio realizado en Guatemala, Honduras y El Salvador, arrojó que “la población de alto nivel educativo tiende a emigrar en mayor proporción que el resto de la población de estos países, lo que indica la casi nula capacidad de retención de la población y fuerza de trabajo altamente calificada que, ante la ausencia de opciones laborales y de condiciones de vida, opta por emigrar a los Estados Unidos2. El mayor nivel educativo permite estar más y mejor informados sobre los peligros del viaje migratorio y responder a las oportunidades que se presenten en el país de destino. De acuerdo a un informe de la Unesco del año 2019 “las personas con educación universitaria tienen dos veces más probabilidades de migrar que los que han cursado solo la escuela primaria; a nivel internacional, las probabilidades se multiplican por cinco. La educación no solo influye en las actitudes, aspiraciones y creencias de los migrantes sino también en las poblaciones de acogida”3. Entre los factores que provocan la migración en Centroamérica destacan los homicidios, el desempleo, la situación económica y la educación.

Es decir, si bien la migración es la válvula de escape para la sobrevivencia de muchas familias y para mantener a flote las economías nacionales, los más pobres de los pobres y los que tienen menos años de escolaridad en los países expulsores, se ven condenados a la lucha por la sobrevivencia en una tierra sin oportunidades. La juventud que se queda se ve sometida a un sin número de amenazas que hacen poco menos que imposible salir bien librado. La falta de comprensión de esta injusticia estructural hace que se criminalice a la juventud cuando su situación es un reflejo del deterioro de todo el cuerpo social. Con la migración el país gana remesas, pero pierde a gran parte de su juventud y de su mano de obra calificada. Y de paso condena a los más marginalizados a ser presa de los que juegan con su pobreza y su sufrimiento ofreciendo mejorar su vida con promesas de ficción.

_____________________________________________

Referencias

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Las poderosas imágenes de la sangrienta guerra civil que terminó hace 25 años en El Salvador

  Las poderosas imágenes de la sangrienta guerra civil que terminó hace 25 años en El Salvador Fotos: Giuseppe Dezza Textos: BBC Mundo 16 enero 2017 FUENTE DE LA IMAGEN, GIUSEPPE DEZZA Pie de foto, El Salvador pasó en guerra toda la década de 1980. Pero el 16 de enero de 1992 se firmó la paz. Nunca fue oficialmente declarada, pero la guerra civil de El Salvador se prolongó durante más de una década. El conflicto empezó el 10 de enero de 1981, cuando el recién formado  Frente Farabundo Martí para  la  Liberación Nacional (FMLN)  anunció el inicio de su "ofensiva general". Y se prolongó oficialmente hasta el 16 de enero de 1992, cuando se firmaron los llamados  "Acuerdos de Chapultepec" , en la Ciudad de México. BBC Mundo te invita a recordar la firma de esos históricos acuerdos, y los eventos que le precedieron, con esta galería del  fotógrafo italiano Giuseppe Dezza. FUENTE DE LA IMAGEN, GIUSEPPE DEZZA Pie de foto, El conflicto dejó más de 75.000 muertos y desaparec

Vivo orgullosa y agradecida de haberme formado como médico en Cuba

  Respuesta de una médico peruana ante ataque contra Cuba Vivo orgullosa y agradecida de haberme formado como médico en Cuba Por  Edali Ortega Miranda  |  07/05/2021  |  América Latina y Caribe Fuentes:  Diario UNO La autora de este artículo expone su posición ante un panel con insultos a Cuba (Av. República de Panamá-Perú) que forma parte de la campaña de paneles publicitarios contra el comunismo que supuestamente amenaza al Perú mediante el candidato Pedro Castillo. *** No voy a detenerme en la compleja situación de un país (Cuba) que amo profundamente, pues tiene muchas, muchísimas aristas y cada una de ellas merece ser evaluada y escuchada, pero sobre todo juzgada y manejada por su gente, no por personas de otras regiones que no tienen la menor noción de lo que es Cuba y sobre todo de lo que son los cubanos. Sí voy a referirme a lo que nos toca a nosotros, a Perú, un país en franca crisis moral, política, social, económica y ni qué decir sanitaria, con un reporte oficial al día de

Chile: buscando el orden de la casa antes que llegue Trump

Chile: buscando el orden de la casa antes que llegue Trump Luciana Ghiotto Facebook Opinión 22/10/2019 Foto: Telesur - A + A Los acontecimientos de Chile de estos últimos tres días han generado sorpresa, tanto en el país como en la región. La protesta de carácter nacional no tiene dirigencias evidentes, ni delegados o voceros. Una protesta que no puede ser controlada es, desde la óptica del gobierno, más peligrosa que una huelga general o una movilización llamada por organizaciones sociales previamente reconocidas. Aquí no hay cabezas, sino puro hartazgo. La respuesta del gobierno fue volver a la imagen del 11 de septiembre de 1973, como si nunca nos hubiésemos despertado de ese día: con el toque de queda y el despliegue de los militares en las calles se avivaron los peores recuerdos de todo el Cono Sur. En las últimas 48 horas las fuerzas armadas actuaron en algunas ciudades con una notoria violencia,