Una
pedagogía del oprimido no postula modelos de adaptación,
de transición ni de la modernidad
1.
La pedagogía liberadora sienta sus
bases de una nueva pedagogía en completa oposición a la educación tradicional y
bancaria. La enseñanza de la lectura y la escritura en los adultos busca
la reflexión y el cambio de las relaciones
del individuo con la naturaleza y con la sociedad. El objetivo esencial de la educación, que propone Freire, es
liberar a la persona de las supersticiones
y creencias que le ataban, y liberar de la ignorancia absoluta en que vivían;
transformarla a su estado de dignidad y humanismo mas no uniformizarla
ni reproducirla lo pasado, tampoco someterla, tal como ocurre en la educación
tradicional que ha imperado varios siglos.
2.
Una pedagogía del oprimido no postula modelos de adaptación, de
transición ni de la modernidad de la sociedad sino
modelos de ruptura, de cambio, de la transformación total de la persona,
especialmente el acceso a una educación digna y con igualdad de derechos y devolverlo a su
estado natural con que fue creado cada ser humano.
3.
Se fundamenta en la toma de conciencia. A esto Freire le
llamó "concientización", en el sentido de la
transformación de las estructuras mentales; vale decir,
que la conciencia cambiada no es una estructura mental rígida,
inflexible y dogmática sino una conciencia o estructura mental dinámica, ágil y dialéctica que
facilite una acción transformadora,
un trabajo de transformación
sobre la sociedad y sobre sí mismo.
4.
La propuesta de la alfabetización sistemática y estructurada está determinada
por la relación dialéctica entre la epistemología, teoría y técnicas. Se fundamenta en que si
la práctica social es la base del conocimiento, también a partir de la
práctica social se construye la metodología, unidad dialéctica que
permita regresar a la misma práctica y transformarla. La metodología está
fijada por el contexto de lucha en el que se ubica la práctica educativa
específica; el marco de referencia está definido por lo histórico y no puede
ser rígido ni universal, sino que necesariamente tiene que ser construido por
los hombres en calidad de sujetos
cognoscentes, capaces de transformar la realidad. Ésta fue la tarea que realizó Zúñiga Camacho.
5.
El método de alfabetización
tiene como finalidad principal hacer posible que el adulto aprenda a leer y
escribir su historia y su cultura, su modo de explotación
y esclavismo, que pueda conquistar el
derecho a expresarse y decidir su vida. Que nadie decida por nadie, todos sean
capaces de ejercer su libre albedrío con sabiduría.
6.
Freire toma en cuenta el conocimiento como un proceso continuo; resalta el
hecho de que todo conocimiento presupone una práctica. El conocimiento debe ser objetivo en
el sentido que sea dado exclusivamente por el objeto. Ningún conocimiento es
neutro respecto a las diversas prácticas realizadas por los grupos humanos. Con esto,
Freire enfatiza que su metodología no es referida al hombresino a su pensamiento y lenguaje, a los niveles de percepción de la realidad que le
rodea.
7.
Freire propone que el diálogo como método permite
la comunicación entre los educandos y
entre éstos y el educador; se identifica como una relación horizontal de
educando a educador, en oposición del antidiálogo como método de enseñanza
tradicional que implica una relación vertical de profesor sobre el alumno.
Sobre esta base propone la educación dialógica como la forma de desarrollar una
pedagogía de comunicación que permita y facilite dialogar con el educando sobre
algo. Ese algo es el programa educacional que se
propone en situaciones concretas de la vida del pueblo, lo que posibilita que
el analfabeto logre el aprendizaje de la escritura
y la lectura, luego introducirse en el
mundo de la comunicación, actuar como sujeto y no
como objeto pasivo que recepciona lo que impone el profesor, así dar paso a la
transformación total en su ser y vivir de acuerdo a los paradigmas del presente siglo
XXI.
Según la propuesta
pedagógica de Paulo Freire, el papel que desempeña el educador en la Pedagogía
Liberadora es dialogar con el educando en franca amistad, así obtener los temas
generadores y de interés y no debe presentar
su programa el educador como símbolo de imposición.
Los temas generadores
contienen en sí la posibilidad de desdoblarse en otros tantos que a su vez
provocan nuevas tareas que deben ser cumplidas.
Para llegar a la
determinación de los temas generadores y proponer el contenido programático (programas), Freire plantea dos
posibilidades: el primero a partir de la investigación interdisciplinaria y
la segunda a partir de un mínimo de conocimientos de la realidad. La primera
consta de tres etapas: Apropiarse de los núcleos centrales de contradicción
para organizar el contenido programático de la acción educativa; se escogerá
algunas de las contradicciones para elaborar las codificaciones o
representaciones de las situaciones sobre las cuales los educandos, como
sujetos cognoscentes, realizarán sus reflexiones críticas; comenzar los
diálogos decodificadores en los círculos de investigación temática, es decir,
ejecutar las reflexiones críticas de las contradicciones
El educador tiene como
prioridad ayudar al educando a lograr un punto de vista cada vez más crítico de
su realidad, con la alta responsabilidad que este acto
requiere. Al mismo tiempo, tanto el educando como el
educador aprenden mutuamente, nadie es más en la pedagogía liberadora.
El maestro progresista
jamás separa el contenido de los métodos; no se puede entender la
práctica educativa solamente a partir del maestro, del alumno, del contexto,
del contenido, del método porque la práctica educativa es una totalidad.
Involucra un conjunto de piezas de aprendizajes que forman un objeto real.
El maestro, según Freire,
debe manejar un método de enseñanza dentro del contexto de la práctica
educativa. Debe tener imaginación, aprovechar situaciones, usar e inventar
técnicas, crear y utilizar medios que propicien la
actividad y el diálogo con los educandos, mucho más cuando el proceso de
enseñanza aprendizaje se produce en condiciones no favorables.
Por último, para Freire, la
pedagogía de la pregunta es fundamental en la educación liberadora o la
educación problematizadora y en la concientización. Entonces, una verdadera
educación liberadora se nutre de la pregunta como desafío constante a la creatividad y al descubrimiento.
Por lo tanto, la educación liberadora es la pedagogía de la pregunta y su
método el diálogo.
En el contexto de esta
perspectiva pedagógica, el educando debe ser capaz y consciente de su realidad
y cambiar su estructura mental para su transformación y liberación mediante un
pensamiento crítico de su realidad circundante.
El educando debe enfrentar
con un pensamiento crítico la lectura de los libros, de las revistas y los
periódicos; que analicen cómo se manifiestan en forma diferente los diarios que
tratan un mismo hecho con el objetivo de que los participantes, al leer o
escuchar una noticia, no lo hagan de forma pasiva sino conscientes que
necesitan liberarse y ser diferentes en su estructura mental.
El educando se siente
sujeto de su pensar, puede discutir su pensar, su propia visión del mundo
circundante. Aquí es importante la comprensión, pues, el educando es crítico
por tanto su acción lo será también. Desde esta perspectiva, se necesita un
método activo que permita ser crítico al educando, por medio del debate de situaciones
existenciales en grupos.
En la labor educativa
liberadora emprendida por Paulo Freire destaca la liberación
de la dominación y el esclavismo imperante; enseñar a leer y escribir la
historia; cambiar y transformar la estructura mental; enfrentar con un
pensamiento crítico lo que se lee y no ser un ente pasivo. Toda esta labor
emprendida es una realidad hoy; nadie es esclavo ni tampoco sujeto a una
dominación; las leyesnacionales e
internacionales protegen al individuo; todos tienen derecho a la educación, sin
excepción alguna de credo, religión, sexo, raza y otros.
Pareciera que la labor
educativa liberadora de Freire es una realidad; sin embargo, educandos, padres,
maestros y la sociedad misma es esclavo y prisionero de vicios y antivalores
que degeneran la personalidad, a tal punto que la
humanidad está sucumbiendo en la sima de una destrucción fatal.
Solamente como muestra, personas adultas y
jóvenes son esclavos de la drogadicción, el alcoholismo, la prostitución, el libertinaje, el
facilismo o la ley del menor esfuerzo, y
otros. Hoy nuestra sociedad está saturada de personas instruidas pero hace
falta personas educadas; personas que son esclavas de las circunstancias pero
pocas crean las circunstancias; personas arrastradas por la corriente y pocas
que van contra la corriente; personas que actúan y luego piensan pero pocas que
piensan y luego actúan; personas meros reflectores de los pensamientos de otros
hombres pero pocos pensadores y fuertes para obrar; personas carentes para
defender sus convicciones y sueños pero pocos para defender éstos.
La pedagogía liberadora de
Freire requiere ser practicada con mayor ímpetu en nuestras escuelas, colegios
y universidades para que realmente el educando sea libre de todo vicio y
esclavismo. En nuestra práctica pedagógica ponemos mayor énfasis al desarrollo de la personalidad de cada educando, al
desarrollo de la capacidad de pensar y ser crítico de su realidad, y finalmente
sea capaz de obrar y hacer aquello que dignifique su persona, aquello que le
haga feliz, aquello que le lleve al éxito; aquello que le haga
fuente de inspiración para otros, aquello que le haga una persona capaz de
llevar una responsabilidad, que dirijan empresas, que influyan
positivamente sobre la personalidad de otros hombres.
La educación liberadora
está comprometida en formar hombres y mujeres que sean fuertes para pensar y
obrar; hombres y mujeres que sean amos y no esclavos de las circunstancias;
hombres y mujeres que posean amplitud de mente; hombres y mujeres que posean
claridad de pensamiento y valor para defender sus
convicciones. Semejante educación liberadora de Manuel Zúñiga Camacho y Paulo
Freire provee algo más que una disciplina mental; provee algo
más que una preparación para la vida, fortalece el carácter, de modo que no se
sacrifiquen la verdad y la justicia al deseo egoísta o a
la ambición malsana; fortalece la mente contra el mal y los vicios. Esta es la
verdadera esencia de la pedagogía liberadora que propugnó Zúñiga Camacho y
Freire, que tanta falta hace en nuestra sociedad.
Respecto a la desventaja de
esta tendencia, el mismo Freire reconoce que en su concepción pedagógica está
ausente el reconocimiento de la lucha de clases. Se concibe la transformación
individual y del grupo, pero no destaca las vías
para la transformación social.
Freire reconoce que en sus
primeras obras hubo mucha ingenuidad, subjetividad y la falta de claridad
político ideológico, puntualiza el hecho de no haber reconocido la lucha de
clases y la dimensión política ideológica de la
educación.
En el quehacer y aporte
humano nada es perfecto, todo lo humano es falible. El postulado de la
pedagogía liberadora de Zúñiga Camacho y Paulo Freyre no son ajenas a esta
realidad. Lo importante es recoger aquello que es útil y favorable y desechar
lo que no es positivo.
La propuesta pedagógica de
Paulo Freire, el rol del educador y del educando, y la experiencia educativa en
el contexto de la Pedagogía Liberadora, llegamos a las siguientes conclusiones:
1.
La propuesta pedagógica de Freire, en la década del 60, fue precedida
por Camacho en el año 1902, cuyos propósitos eran similares: Liberar a la
persona de la opresión, la explotación y la esclavitud imperante.
2.
La teoría pedagógica liberadora destaca aspectos trascendentales, tales
como: liberar a la persona, transformarla mas no uniformizarla ni reproducirla;
plantear modelos de ruptura, de cambio, de la transformación total de la
persona; la toma de conciencia, a lo que le llamó "concientización"
en el sentido de la transformación de las estructuras mentales; El método de
alfabetización para que el adulto aprenda a leer y escribir su historia y su
cultura, su modo de explotación y esclavismo, que pueda conquistar el derecho a
expresarse y decidir su vida; la metodología está fijada por el contexto de
lucha (perseverancia) en el que se ubica la práctica educativa específica; el
marco de referencia está definido por lo histórico y no puede ser rígido ni
universal, sino que necesariamente tiene que ser construido por los hombres en
calidad de sujetos cognoscentes, capaces de transformar la realidad; el diálogo
como método permite la comunicación entre los educandos y entre éstos y el
educador; se identifica como una relación horizontal de educando a educador; la
pedagogía de la pregunta es fundamental en la educación liberadora o la
educación problematizadora y en la concientización.
3.
El docente emplea el método dialéctico en franca amistad con el educando,
así obtener los temas generadores y de interés y no debe presentar su programa
el educador; el educador tiene como prioridad ayudar al educando a lograr un
punto de vista cada vez más crítico de su realidad, con la alta responsabilidad
que este acto requiere.
4.
El educando debe ser consciente de su realidad y cambiar su estructura
mental para su transformación y liberación mediante un pensamiento crítico de
su realidad circundante.
5.
La pedagogía liberadora de Freire prepara a la persona para ser crítico
y tomar conciencia de su realidad y desarrollar su personalidad, su pensamiento
y actuación sabia e inteligente.
6.
En esencia, la pedagogía liberadora centra su atención en la concientización
y el diálogo educando-educador; la comprensión crítica y la acción
transformadora; y las acciones del aprendizaje del
educando deben obrar una profunda transformación, que es la meta final de esta tendencia
pedagógica.
Después de haber arribado a
las conclusiones pertinentes, presentamos algunas sugerencias oportunas para la
práctica pedagógica en nuestro quehacer educativo:
1.
Divulgar en nuestras escuelas, colegios y universidades que tengan en
cuenta y rescaten el preciado valor de la pedagogía liberadora sustentada por
Camacho y Freire, de lo contrario tendremos carencia de hombres pensadores y
reflexivos.
2.
Recomendamos a cada institución educativa y docente tomar muy en cuenta
las característica de la propuesta pedagógica para hacer de nuestra educación
una herramienta de verdadera transformación y cambio de nuestro ser y de la
sociedad.
3.
Sugerimos utilizar, en el ejercicio profesional docente, el diálogo en
franca amistad con el educando, que es el método fundamental; luego, ayudar al
educando para que sea más crítico de su realidad.
4.
Recomendamos que como institución educativa y como docentes estamos llamados y
obligados a sembrar la semilla de la concientización y el cambio de la
estructura mental de nuestros educandos para una profunda transformación de su
ser y de la sociedad.
5.
Pregonar la aplicación sabia e inteligente de la propuesta pedagógica de
Freire, pues, preparará al educando para ser crítico y tomar conciencia de su
realidad, desarrollar su personalidad, su pensamiento y actuación sabia e
inteligente.
6.
Sugerimos que cada educador haga un alto en su quehacer educativo y
medite, qué estoy haciendo con mis educandos, son críticos, son conscientes que
deben cambiar su estructura mental. Pongamos en práctica la escuela de Zúñiga Camacho y
Freire, y la verdad nos hará libres.
1. CASTILLO RÍOS, Carlos. Los Niños del Perú: Clases Sociales, Ideología y Política. Única Edición. Lima-Perú.
Editorial sistema Offset. 1988. 198 págs.
2. COLECTIVO DE AUTORES CEPES UNIVERSIDAD DE LA HABANA. Tendencias
Pedagógicas en la Realidad Educativa Actual. Única Edición. Tarija-Bolivia. Editorial Universitaria
"Juan Misael Saracho". 2004. 141 págs.
3. CHAMBI CHAMBILLA, David. Radiografía Histórica del Distrito de Platería. Única Edición. Puno-Perú. Editorial Flores.
1985. 104 págs.
4. ENCINAS FRANCO, José Antonio. Un Ensayo de Escuela Nueva en el Perú. Única Edición. Puno-Perú. Editorial Minerva. 1932.
287 págs.
6. FREIRE, Paulo. Pedagogía del Oprimido. Única Edición. 250 págs.
7. GONZALES PRADA, Manuel. Horas de Lucha. Única Edición. Lima-Perú. Editorial Universo. 1984. 189 págs.
8. MARIÁTEGUI, José Carlos. 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana. 67ª Edición. Lima-Perú. Editorial Amauta. 1999.
350 págs.
9. TAMAYO HERRERA, José. Historia Social e Indigenismo en el Altiplano
Puneño. Única Edición. Lima-Perú.
Ediciones Treinta y tres. 1982. 389 págs.
10. TORRES LUNA, Alfonso. El Problema de la Educación del Aborigen
Peruano. Única Edición. Lima-Perú.
Editorial Luz. 1940. 201 págs.
11. STAHL, Fernando. En el País de los Incas. Única Edición. Buenos
Aires-Argentina. Editorial ACES. 278 págs.
12. VALCÁRCEL, Luis E. Tempestad en los Andes. 2ª Edición. Lima-Perú. Editorial Universo. 1975. 183 págs.
Lic. Andrés Remberto Pauro
Quispe
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