CON UN PASO ADELANTE
Todos dudamos de algo
MANUEL Vaz-Romero
14/02/2014
14/02/2014
El hombre duda desde que tiene uso de razón, hasta en las cosas más nimias, como al comprar una corbata, qué periódico leer o qué película ver. Ya, en la cama, cavila sobre qué hacer al día siguiente, o cómo tarda lo que espera. La duda puede atraparnos sin opción a elegir, o nos aclara el crucigrama de la vida, haciéndonos rumiar las cosas, previene y alerta ante la improvisación, intuye un desastre o propicia decisiones prudentes. Pero, ojo, que el indeciso, en su vacío vacilar, no va a ninguna parte: "Quien al rezar duda entre dos mezquitas, termina por no rezar en ninguna", según el refrán turco.
La duda ofende ante la evidencia, atempera emociones, produce la luz y es principio de sabiduría, según Aristóteles . Siempre lleva al análisis y éste a la verdad, pues el científico llegó a Nobel tras décadas de pensar. De ahí el aserto de Kant : "es más inteligente quien soporta más incertidumbres". Pues se crece en el conflicto, hasta que se decide, sin titubeos, a elegir el camino que debe tomar. Duda, en su búsqueda, el agnóstico, pero no el cristiano defendiendo su fe ante el martirio, ni el soldado dando su vida por la Patria. Balbucea el joven ante el tribunal de oposiciones, y hasta el naranjo duda en florecer, en abril, antes las últimas escarchas, pero no la paloma de Alberti "creyendo que el trigo era agua".
Un mundo sin dudas sería aburrido, sin poetas audaces, creadores heterodoxos o arquitectos desafiando las leyes físicas con puentes y rascacielos de vértigo. La duda es revelación en Descartes , estrategia en César , teología en Tomás de Aquino y ciencia en Galileo . O escrúpulo de frailes, sospecha de astutos, táctica de avispados y espina de ególatras; o presunción de inocencia para imputados y consenso de ciudadanos bajo el saludable "beneficio de la duda".
Pero el escepticismo, obsesivo y a ultranza, yugula cualquier destello de esperanza, a la vez que puede tener suerte desigual: Moisés, tras dudar, no entró en la Tierra Prometida; confiado Abrahán , Yahveh lo hizo ser un gran patriarca de generaciones y el apóstol Tomás , tras su terquedad, metió sus dedos en el costado de Cristo . Duda el perdido en la selva, el golpista de su triunfo y el político ante las elecciones. Pero hoy no se duda de una honda crisis moral, de nuestra decadencia política, de que la zarpa de la corrupción golpea ferozmente a la sociedad y de las graves agresiones a los valores de siempre.
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