A 50 años de la 'Guerra del Fútbol': la verdad detrás del mito
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Durante medio siglo el mundo ha creído que en Centroamérica se vivió una guerra cuyo detonante fue un partido de fútbol. El célebre periodista Ryszard Kapuscinski tituló así una de sus crónicas sobre el conflicto de 1969 entre Honduras y El Salvador, y así lo conoció el mundo, pero obviamente las causas del enfrentamiento fueron otras.
"El conflicto de 1969 tiene sus orígenes verdaderos en la situación de desigualdad de estos dos países, tanto en aquel momento, como ahora. La diferencia quizás radica en que en la década de 1960, El Salvador era un país muy poblado, con poco territorio en relación con Honduras", explicó a Sputnik Efraín Díaz Arrivillaga, exembajador de Honduras en la sede de Naciones Unidas en Ginebra.
Por su parte, Domingo Santacruz, actual embajador de El Salvador en Venezuela, alegó que "la causa principal hay que referirla a la crisis estructural en El Salvador y Centroamérica".
Desigualdad y miseria
Por aquel entonces en El Salvador vivían tres millones de personas y en Honduras 2.300.000. Existía una enorme desigualdad por la presencia de una oligarquía terrateniente muy reducida.
"Diez años antes, había sido inaugurado el Mercado Común Centroamericano (MCCA) que vino a aliviar la tensión de la oligarquía con el pueblo salvadoreño", dijo Santacruz, miembro fundador del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN).
Desde 1931 El Salvador tenía una dictadura y una estructura sobre la tierra en la que un 1% controlaba el 43% de la tierra cultivable, lo cual llevó a una exclusión prácticamente total.
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Soldados de la Fuerza Aérea de Honduras
Según comentó Díaz, "esta clase había alentado desde inicios de la década de 1960 la migración masiva de muchos salvadoreños hacia Honduras, una solución que funcionó como válvula de escape a la escasez de tierras en El Salvador".
El MCCA "alivió un poco las tensiones internas, abrió las puertas a una contratación más o menos masiva, generó mano de obra, aunque muy barata, sin prestaciones sociales, pero eso se agotó rápido", agregó Santacruz.
Honduras contaba con un territorio mucho más extenso y podía ofrecer trabajo en los cultivos a muchos salvadoreños. Pero en 1962 el Gobierno hondureño emitió una ley de reforma agraria que estaba orientada a una redistribución de los campos.
Esto llevó al desplazamiento de muchos migrantes salvadoreños que se habían establecido como campesinos y que se vieron en la obligación de volver a El Salvador, lo que generó una cadena de conflictos sociales y presiones socioeconómicas.
"Se exacerbaron contradicciones entre la población salvadoreña y hondureña, se fue desarrollando una especie de chovinismo, todo lo cual llevó a que el MCCA se debilitara", dijo Santacruz.
El mar, otro detonante
Según contó Díaz, otro problema era la necesidad de un espacio vital con salida al Atlántico, pues los salvadoreños debían cruzar el territorio hondureño para tener acceso marítimo al otro lado del mundo.
"Esta idea de expansión territorial prevalecía mucho en El Salvador y también fue un detonante para esta aventura bélica que afectó a los pueblos de ambos países e interrumpió un esfuerzo que las naciones centroamericanas venían haciendo desde 1960, con la constitución del Mercado Común Centroamericano (MCCA)", recordó el exdiplomático.
Del lado de Honduras, Díaz mencionó la sucesión de una serie de disputas fronterizas entre estos países en la zona del golfo de Fonseca, ubicado en una pequeña porción de la costa pacífica que comparten Nicaragua, Honduras y El Salvador. "Aquí el problema principal era la salida de Honduras al Pacífico, lo que vino a complementar los roces", indicó el experto.
La idea de una zona de libre comercio que uniría a Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá quedó desplazada con el conflicto de 1969, y dejó tristes consecuencias para la región en las próximas décadas.
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El Salvador v.s Honduras (1969)
En este contexto se disputaron los tres partidos de fútbol más tensos de la historia de los dos países. Estaba en juego la clasificación para el Mundial de México 1970 y ninguna de las dos naciones había participado antes en una competición mundialista. La tensión era inherente.
El 8 de junio de 1969 Honduras ganó un primer encuentro en Tegucigalpa 1-0 y El Salvador devolvió el golpe como local una semana después con un resultado de 3-0. El desempate estaba previsto para el 27 de junio en el Estadio Azteca, de la Ciudad de México y las manifestaciones de violencia ya habían tenido lugar en los encuentros anteriores.
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Marco Antonio "Tonin" Mendoza, capitan del equipo hondureño de fútbol en 1969
El día del último juego las gradas estaban dividas. A sabiendas de la situación, el Gobierno mexicano ordenó la entrada de 5.000 efectivos militares que se colocaron en una franja entre las dos aficiones, a pesar de lo cual las dos hinchadas terminaron enfrentadas.
Finalmente, el equipo salvadoreño ganó su primera clasificación para el Mundial de México 1970 y tres semanas después, ambos países estaban en guerra.
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Mauricio "Pipo" Rodriguez, el delantero salvadoreño que definió el partido contra Honduras en 1969 y colocó a El Salvador dentro del Mundial de Fútbol México 1970
El 14 de julio El Salvador bombardeó a Honduras dando inicio al conflicto.
"La posibilidad de una invasión casi era impensable y hasta tomó desprevenidos al Gobierno y al propio Ejército hondureño. De no haber sido por el importante papel de la Fuerza Aérea de Honduras, los resultados hubiesen sido más catastróficos", señaló el diplomático.
El conflicto de 100 horas fue conocido como "La guerra del fútbol", por el titular de una crónica del periodista polaco Ryszard Kapuscinski.
El polaco fue uno de los pocos corresponsales extranjeros que estaban en la región cuando comenzó la invasión y, según contó, la primera bomba cayó en Tegucigalpa a las seis de la tarde.
"Una mujer corría por la acera, gritando: ¡Mi hijo! ¡Mi hijo! De pronto enmudeció, y todo se sumió en el silencio. Un silencio tal que la ciudad parecía muerta. Al cabo de unos instantes se apagó la luz, y toda Tegucigalpa quedó sumida en la más profunda oscuridad", escribió el periodista.
Kapuscinski retrató la contienda como algo absurdo donde "los dos ejércitos usaban el mismo tipo de uniforme, llevaban idénticas armas y hablaban la misma lengua".
Para el escritor, "durante algunos días, Honduras y El Salvador fueron las estrellas de la prensa internacional. Los pequeños países del tercer mundo, del cuarto mundo y más, necesitan derramar la sangre para tener la posibilidad de atraer el interés general".
El conflicto, que trascendió en estos dos países como la "Guerra de las 100 Horas", interrumpió las relaciones entre estos dos países vecinos por más de una décadahasta la firma de una sentencia que definió la frontera. A partir de ese momento se volvieron a normalizar las relaciones.
"La guerra terminó con la expulsión de miles de salvadoreños que volvieron al país, donde había una crisis política muy grande. La reforma agraria se convirtió en una bandera del movimiento popular, que llevó al estallido de un conflicto armado en El Salvador a fines de los años 60' que duró 12 años", recordó Santacruz.
Además, significó la liquidación del MCCA. "Interrumpió un proceso que, de haberse continuado, quizás hubiera preparado mejor a la región para afrontar la globalización, si hubiésemos consolidado el camino de la integración económica regional", indicó el experto hondureño.
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Soldados hondureños en la frontera sur con El Salvador, durante la Guerra de los 100 días
A 50 años de la Guerra de las 100 Horas, Díaz asegura que los roces entre Honduras y El Salvador "quedaron atrás". "Aunque hubo tiempo en que las heridas estaban abiertas, hoy día las relaciones entre hondureños y salvadoreños es de dos pueblos hermanos", concluyó.
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