Y el asunto de la riqueza en todo esto de la pandemia
Por: Róger Hernán Gutiérrez*/
Hay situaciones que son determinantes en este revoltijo de intereses sectarios, mezquinos, avaros y demás, sobre manera a partir de la interesante reunión de toda la argolla oligárquica del país—es decir los dueños del mismo—con el presidente Bukele, a qué se llegó se desconocen los resultados en tanto “sólo se cuenta el milagro pero no el santo que lo hizo”. Y esto en tanto las disputas que se sostienen están en diversos escenarios, el meollo es todavía más complicado para conocer a ciencia cierta lo que impulsó a dicha reunión, y su publicidad es muy difusa, es interesante que la argolla económica de este país que mueve los hilos de todo lo que pasa y deja de pasar en este país, haya participado en el evento en CAPRES.
Razones se marginan de todo este cuento—en un momento las disputas con el recién nombrado presidente de la conflictiva gremial empresarial, los cambios en la dirección pretendían llenar las debilidades del anterior para llegar a los acuerdos políticos importantes con la Presidencia de la República, duró poco el asunto y el rebalse fue algo inmediato—desacreditado por las escaramuzas que consistieron en un discurso beligerante de la gremial, sin embargo ello también reflejó la descomposición que existe en la dirección hegemónica del país. Una conducción del partido ARENA (oligárquico) que se cae a pedazos y no logra trascender al nivel de las circunstancias y convertirse en una efectiva oposición al capital emergente.
La gremial empresarial va siendo dominada por un capital similar de origen palestino—lo que está siendo evidenciado por los apellidos, pero sin embargo los nexos familiares que se tienen entre unos y otros sólo evidencia que algo está surgiendo y la pandemia es un buen motivo para un escenario y mover las piezas del ajedrez en beneficio de intereses económicos y del poder político. En la disputa ha quedado evidenciado que la presidencia de ANEP, sólo empezó a mostrarse y bastó para quedar proscrito de determinados espacios en las relaciones de poder. Tiene prohibiciones y hay todo un oleaje de bajarle los humos y dejarlo a un nivel de poco valor en todo esto—claro que mucho es también publicidad, sin embargo fue suficiente para que los tigres mayores salieran de sus cubiles y llegaran a rendir sus respetos al gobernante.
Todos sabemos que la riqueza es objeto de mucho encono por diversos grupos dominantes en la sociedad, a nadie se escapa que las disputas demuestran que la riqueza es un factor de poder para mantener el control de la pandemia; que las bajas y daños colaterales de todo este asunto, son siempre los sectores empobrecidos por este capital que busca posicionarse ante la situación sanitaria que no le conviene que continúe. Los sectores políticos juegan un papel importante y han pretendido seguir la dirección del capital mandante como siempre y claramente a la hora de la discusión, se observan los posicionamientos; de allí el asunto de los entuertos jurídicos, y el desgaste de las organizaciones de siempre y nacientes pretendiendo dar un apoyo a la democracia formal que nos ha caracterizado en mucha de nuestra historia. 160 millonarios en El Salvador, son acumuladores del 87% del producto interno bruto y en cada período va creciendo la apropiación del pastel, la desigualdad que ha sido evidenciada en este asunto de la pandemia, están perpetuando la pobreza en el país, lo que conllevará a un mayor crecimiento de la población en sufrimiento. Las disputas entre el gobierno, las instituciones y el sector empresarial, están poniendo al país en mayores encrucijadas para poder impulsar las medidas que vayan trabajando la desigualdad, y no se habla de una política fiscal clara que lleve una distribución más justa de los recursos económicos; el grupo convocado a CAPRES tiene una disponibilidad de recursos importante, ese número de multimillonarios en El Salvador, su fortuna conjunta alcanza más de 21,000 millones de dólares, lo que equivale a más del 87% del producto interno bruto nacional. A nivel centroamericano, el panorama es similar, las riquezas acumulan millones de dólares, lo que equivale al 80% de la producción de la región. Y millones de habitantes de la región sobreviven con ingresos menores de un dólar al día y sufren altos índices de subnutrición, con la pandemia eso será mucho mayor.
La desigualdad que va siendo el resultado mayor de la pandemia, sabemos que pone un freno a la prosperidad de la mayor parte de habitantes, y genera sociedades polarizadas, duales y más violentas y deja sin oportunidades a millones de personas con menos ingresos.
*Sindicalista salvadoreño
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