La caída definitiva del imperio anglo estadounidense
Las últimas revelaciones sobre como Washington ha procedido cobardemente en las guerras, planeando desarmar Yemen antes de la invasión saudí o al realizar una coalición con Japón para enfrentar a China por Taiwán, demuestran la perversidad al enfrentarse siempre en agrupación dada su debilidad real ante fuerzas patrióticas que le pueden ganar decididamente.
En esta dirección, los imperios tienen una fase proactiva que es donde queda su cultura en la Humanidad, como la persa, por ejemplo, y otra destructiva cuando su fundamento ha estado basado sustancialmente en la violencia para permanecer, por lo cual perece ineluctablemente.
El imperio anglo estadounidense se afinca en el mundo en el siglo XIX a través de una revolución industrial en evolución con el ascenso de la burguesía frente a la monarquía feudal y, asimismo, fue un adelanto evidente en las condiciones materiales de producción y vida de la población, especialmente expuestas en EE.UU., Gran Bretaña, Alemania, Francia, sin descartar problemas sociales propios del sistema capitalista que es el modelo impuesto.
Estados Unidos como nación se consolida en el norte del continente América a través de un proceso de colonización a sangre y fuego contra la etnia indígena a la cual se extermina en el primer holocausto reconocido, junto a la apropiación de amplias extensiones de territorio mexicano, todo ello justificado a través de Hollywood. El proceso de industrialización y ciencia se consolida a su más alto nivel con el ingreso y su dominio de la arena mundial, superando a la URSS debido a su perestroika, que permitió creer a fines de 1990 que el mundo era suyo.
Sin embargo, en el inicio de esta tercera década del siglo XXI, los 5 hechos objetivos que ratifican un imperio en descenso evidente y que, de no resolverlo, lo hundirá definitivamente, son:
La falta de inteligencia para afrontar el desarrollo mundial
El desarrollo integral de un país se logra a través de un amplio apoyo a sus fuerzas productivas y a sus pueblos a través de proyectos de justeza social. Para este propósito se requieren liderazgos que empleen criterios sociales científicos para planificar el presente futuro.
Un país gobernado por una Corporatocracia está encaminado a la guerra y ello conduce a un rechazo inmenso en el planeta, especialmente al utilizar sus habilidades políticas para hacer de la confrontación y el caos su principal motor para el progreso propio. Mas, si su clase dirigente no comprende las dinámicas contemporáneas su declive es cada vez más pronunciado ya que paulatinamente el rechazo se va haciendo pronunciado. La política de máxima presión ha sido definitivamente un salto al precipicio al no comprender que las dinámicas del geopoder han variado sustancialmente y que ese método violento no fructifica, autodestruye.
La estrategia única del castigo a quien no obedezca sus designios
La falta de conocimiento de la estrategia militar ha llevado a la política de máxima presión económica y bélica, basada en intervenciones, chantajes, bloqueos, la que comenzó a fracasar desde la guerra de Vietnam y ha continuado con Cuba impertérrita, siendo derrotado el ejército estadounidense en todos lados y obligado a conformar coaliciones (“todos contra uno”) dada su debilidad; en Irak ya ha dicho Hezbolá que de no retirar sus fuerzas serán declarados objetivos militares, en Yemen se escuchan lastimeros gemidos para que Ansarolá no tome Marib, en Irán no han aceptado ninguno de sus reclamos ilegales, en Siria continúan cayendo sus mercenarios de los grupos terroristas como son Al Qaeda y Daesh, Venezuela se ha plantado duro exigiendo sus derechos, etc. Las declaraciones de Turquía manifestando que no necesita permiso de EE.UU. para el uso de S-400 rusos, es diciente.
Los rehenes de las agendas de guerra están despertando
El declive cada vez mayor de sus presidentes.
Desde el asesinado presidente John Fitzgerald Kennedy, exceptuando al presidente Jimmy Carter, la falta de preparación e ignorancia diplomática, además de poseer personalidades maleables, todos los mandatarios desde esa época han ido desvaneciéndose como estadistas.
Para no mencionar la superficialidad y violencia de George Bush, Barak Obama (de fácil palabra y escaso contenido), obtuvo un Premio Nobel de la Paz por estar sus 8 años de mandato en guerra, pasando por Donald Trump, gobernante lleno de temores y comportamiento no fiable desde la salud mental agravado por incontinencia verbal, agresivo en extremo, hasta caer en Joe Biden, quien no posee posición propia alguna sobre política interior y exterior, agobiado por una senilidad que marca serios daños a su razonamiento, la caída al abismo de USA es incontrastable.
Ya no valen los Medios Masivos de Desinformación (MMdeD) que intentan crear imágenes ilusorias de sus mandatarios y es imposible ocultar errores de Biden al manifestar que Kamala Harris es la presidente y no él, un indicativo demasiado fuerte de incoherencia.
Ello ha afectado negativamente el liderazgo propositivo que podría haber sido un soplo de paz.
El ascenso de dos potencias, el avance de la Resistencia y la unidad de las naciones soberanas multilaterales.
Definitivamente los conflictos con China y Rusia, a quienes considera enemigos reales, y las presuntas amenazas a su seguridad por Venezuela e Irán, por ejemplo, son el signo más evidente de la fragilidad en que se encuentra el régimen estadounidense.
El inmenso desarrollo científico, técnico, militar, social, económico, espacial, de varias naciones soberanas, marcan el cambio estructural hacia la coexistencia pacífica y definitivamente una tendencia hacia un sistema global multilateral basado en una legislación internacional de justeza social holística.
La crisis interna cada vez más evidente en suelo estadounidense
No es sólo poseer la población más drogadicta y armada del mundo, o tener una sexta parte de su gente en pobreza absoluta igual que un desempleo galopante, entre otras, sino los conflictos que se ven claramente por las pugnas entre demócratas y republicanos por el poder (no más), el ascenso lento de propuestas de justicia social y la crisis socio económica agravada por los problemas migratorios, junto con el racismo y la discriminación aumentada por el asesinato por parte de la policía, sino convertirse en un conjunto explosivo con una degradación inmensurable.
Los MMdeD que siempre pudieron controlar la mente de la población parece que con las redes cada vez pueden embaucar menos a los pueblos, quienes desconfían de éstos ya que ahora saben que sirven a los conglomerados privatizadores y crueles que asesinan la vida.
No sea que Alemania se ponga en contra de su mentor y persista en obtener gas más barato y rápido de Rusia, pese a las amenazas de USA. El corolario es que la falta de un análisis sensato, el no cambio de discurso y de política exterior para comenzar un camino de paz, la creencia en un destino superior en el planeta, serán quienes cavarán la tumba del otrora Superman, Capitán América y Pato Donald.
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