¿Pueden algunas personas ser alérgicas al ejercicio?
Imagínate que cualquier noche, una mujer se tomó unas copas. Al día siguiente por la mañana tomó ibuprofeno para aliviar la resaca, y minutos más tarde salió a correr. Jamás había tenido inconvenientes con el alcohol, el ibuprofeno y mucho menos con el ejercicio. Sin embargo, en esta oportunidad, alguna combinación de los tres terminó desencadenando una reacción alérgica potencialmente mortal conocida como anafilaxia.
Técnicamente no, respondió Murphy. Al exponerse una persona a algo que le produce alergia, una proteína del alérgeno (por ejemplo: frutos secos, leche o mariscos) interactúa con los anticuerpos de las células inmunitarias de su organismo. Estas células expulsan sustancias químicas como la histamina, causantes de estornudos, urticaria, sibilancia y otros síntomas. No existe proteína que ingrese al cuerpo mientras una persona hace ejercicio, por lo que es imposible ser alérgico a correr.
No obstante, el ejercicio puede desencadenar igual variedad de síntomas en personas con una extraña afección conocida como anafilaxia inducida por el ejercicio. Así lo explicó Murphy al portal LiveScience:
No es necesariamente mediada por anticuerpos, pero el ejercicio es un desencadenante y las células alérgicas inmunes todavía están activadas.
En algunas personas, el ejercicio solo es suficiente para producir una reacción alérgica, pero la forma en que lo hace es desconocida. Una teoría propone que el ejercicio provoca la liberación de endorfinas, lo que lleva a que ciertas células inmunitarias liberen sustancias químicas como la histamina, según lo indica una revisión de 2010 de la revista Current Allergy and Asthma Reports.
Pero otras personas, como el paciente del Dr. Murphy, desarrollan una reacción alérgica denominada Anafilaxia inducida por ejercicio dependiente de alimentos (FDEIA, por sus siglas en inglés). Para ellos, ingerir ciertos alimentos antes de realizar ejercicio puede provocar síntomas como sibilancia o urticaria, incluso pueden reaccionar a esos alimentos cuando ya están descansando.
En el caso del paciente de Murphy, ese alimento fue el alcohol o el ibuprofeno, o una combinación de los dos.
Existen varias teorías de por qué ciertos alimentos en combinación con el ejercicio pueden causar una reacción alérgica, incluido el hecho de que hacer ejercicio hace que el tracto gastrointestinal sea más permeable, lo que permite que los alérgenos entren en mejor contacto con el sistema inmunológico.
Fármacos como el ibuprofeno pueden aumentar aún más la permeabilidad y la absorción de alérgenos extraños por parte del cuerpo, y pueden interactuar directamente con las células inmunes, según la revisión.
La anafilaxia inducida por el ejercicio es rara. Aproximadamente el 2% de las personas en el mundo occidental experimentan anafilaxia, y entre el 5% y el 15% de los casos son inducidos por el ejercicio. La versión de la enfermedad dependiente de los alimentos o FDEIA es menos común y representa entre un tercio y la mitad de todos los casos. No muchos niños llegan al consultorio con cualquiera de estas afecciones, dijo Murphy, y generalmente aparece en adolescentes y adultos.
El tratamiento para la anafilaxia inducida por el ejercicio dependiente de los alimentos es simple: no comer durante cuatro horas antes y después de hacer ejercicio, según señala una revisión publicada en la revista Expert Review of Clinical Immunology . Otra opción es evitar por completo los alimentos desencadenantes, si ya se han detectado previamente.
Cuando el ejercicio es el único desencadenante, controlar la afección puede ser más difícil que controlar la FDEIA, pero los médicos pueden ayudar a los pacientes a desarrollar regímenes de ejercicio especializados, comentó Murphy.
La cantidad de esfuerzo que una persona con esta afección puede hacer de manera segura es variable. Un paseo casual puede provocar una reacción en algunas personas, pero otras pueden andar en bicicleta sin problemas. Cada paciente debe trabajar con un médico para descubrir sus propios límites. Murphy siempre prescribe un EpiPen en caso de emergencia, y los antihistamínicos pueden ayudar a prevenir episodios, según una revisión de 2001 en la revista American Family Physician. .
Las reacciones graves en respuesta al ejercicio son raras. En 25 años de práctica, Murphy solo ha visto a una persona desmayarse.
Por lo general, veo a más personas con síntomas cutáneos [relacionados con la piel], como urticaria, o tienen algo de hinchazón en los labios o sibilancias.
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