¿Por qué el coronavirus hace perder el sentido del olfato y del gusto?
La enfermedad COVID-19 producida por el coronavirus SARS-CoV-2 afecta a todas las clases sociales, sembrando el pánico y causando la muerte tanto de adultos mayores como de personas jóvenes. Se sabe incuso que una vez superada la afección puede dejar secuelas neuronales y coronarias que en algunos casos resultan muy graves.
Sin embargo, hay pacientes que han vencido al virus sin ni siquiera percatarse de haberlo contraído. A ellos se les conoce como pacientes asintomáticos, pues rara vez se les puede detectar la infección dado los leves síntomas que llegan a padecer: dolor de cabeza, fatiga o tos, en algunas personas.
Si bien se trata de signos que casi siempre se relacionan con un resfriado o una alergia, es mejor estar atentos y no relajarse, ya que también puede ser un caso de COVID-19. Y una de las manifestaciones de este mal suele ser la anosmia (pérdida del olfato) o la disgeusia (pérdida del gusto).
Aunque la verdad son síntomas que también se pueden denotar en las otras dos dolencias, e incluso hasta en al gripe, por lo que en este caso se hace necesaria una prueba diagnóstica para determinar si se padece la patología.
De hecho, una investigación realizada en Italia en marzo de 2020 encontró que el 70% de los enfermos de COVID-19 manifiestan trastornos olfativos y del gusto, indistintamente si son casos leves o graves.
¿Por qué el coronavirus altera el sentido del olfato y del gusto?
Según señala en The Conversation el doctor José Antonio López Escamez, especialista en Otorrinolaringologia del Departamento de Cirugía de la Universidad de Granada, el virus tiene distintas puertas de entrada en el cuerpo humano y dentro de estas también tiene sus formas favoritas de colarse en nuestras células.
Una de ellas es a través del epitelio olfatorio, un tejido en el cual el virus SARS-CoV-2 tiene una particular facilidad para infectar sus células. Así, produce un daño que posteriormente afecta a las neuronas sensitivas olfatorias.
Por otra parte, el virus se cuela a través de las papilas linguales, en las que se encuentran unos receptores llamados yemas gustativas, cuyas células al perecer se infectan de la misma forma que ocurre en la nariz.
La buena noticia es que, una vez superada la enfermedad, tanto el olfato como el gusto se pueden recuperar después de un tiempo. En el caso del olfato, se estima que puede tardar unos 60 días, pero el gusto al parecer se recupera más rápido y en puede tomar unos 14 días.
Así entonces, en medio de la actual situación epidemiológica, tanto la anosmia como la disgeusia deben ser considerados síntomas de alerta temprana, incluso cuando no se presenten otros síntomas respiratorios, lo que ayudaría a detectar nuevas infecciones por coronavirus SARS-CoV-2.
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