Los Jasons, el grupo secreto de científicos asesores del Pentágono que está a punto de desaparecer
En el entorno científico más alto de Estados Unidos opera un misterioso equipo de académicos. Durante su cotidianidad se desempeñan como investigadores y profesores en algunas de las universidades más reconocidas de ese país, pero de manera paralela llevan a cabo misiones secretas que comprometen incluso la seguridad de todo el mundo.
Hablamos del “Jason” o mejor “los Jason” (como son conocidos coloquialmente), un grupo integrado por cerca de 50 científicos encargados de asesorar al Departamento de Defensa de Estados Unidos y a otras agencias del gobierno.
Las investigaciones elaboradas por los Jasons son utilizadas para tomar decisiones relacionadas con la seguridad, y se basan siempre en información científica que las mismas agencias solicitan.
Se trata de informes que resultan siendo clasificados en más del 50% de los casos. En ellos se abordan temas en materia de sistemas láser, armamento nuclear, guerra biológica, misiles balísticos, satélites espías, estrategias y protección contra el terrorismo.
Es un equipo que se creó así mismo en 1960 con el objetivo de ofrecer asesoría científica de forma independiente al Pentágono. Desde ese mismo año también han estado al servicio de otras agencias del gobierno, pero su futuro ahora parece muy incierto.
¿Por qué los Jasons son diferentes y “unicos”?
No es extraño que las agencias gubernamentales cuenten con comisiones asesoras, pero el funcionamiento de los Jasons es diferente. Ninguna entidad en particular los dirige o los manda, solo sirven a quien solicite sus servicios, algo así como unos “freelancers”.
Cada integrante de los Jasons es seleccionado por el mismo grupo y no admiten científicos que sean propuestos por las agencias. Son considerados “los asesores científicos de defensa más independientes del mundo“.
¿Y cuál es el misterio?
Casi todos sus miembros optan por pasar inadvertidos. Tienen un pacto de silencio con las agencias contratantes respecto a las investigaciones que elaboran, y solo las pueden divulgar bajo estricta autorización. Además, muchos de sus compañeros de trabajo en su vida cotidiana verían muy mal el hecho de estar asesorando al gobierno en temas de seguridad, por lo que prefieren manejar un perfil discreto.
Por otra parte, como tratan con asuntos muy delicados, no desean llamar la atención de los “chicos malos”.
¿Por qué “los Jasons”?
Existen distintas hipótesis sobre la procedencia del nombre de este grupo, incluso hay quienes afirman que podría tratarse de un acrónimo.
Una de estas teorías es que su nombre se debe a Jasón, un héroe de la mitología griega que, junto con los argonautas, logró la obtención del vellocino de oro.
Polémicas
Según la escritora Ann Finkbeiner, autora del libro “Los Jasons: la historia secreta de la élite científica de la posguerra”, resulta complicado medir el impacto generado por los informes de los Jasons, dado que casi nunca se puede saber en qué están trabajando.
La mayoría de las investigaciones de este grupo se mantienen en secreto, y no existe registro formal alguno sobre los resultados de sus informes.
No obstante, algunos de sus logros sí los han expuesto. Entre ellos, la creación de un sistema láser capaz de disminuir la distorsión producida por la atmósfera a la hora de observar el espacio. Aunque otras labores del misterioso grupo también han suscitado controversia.
Finkbeiner señaló que los Jasons crearon durante la guerra de Vietnam un sistema de sensores capaz de detectar vehículos o tropas que intentaran infiltrarse en la red de caminos de Ho Chi Minh. Esta tecnología en un comienzo estaba diseñada para disminuir las filtraciones, pero los militares estadounidenses la utilizaron solo para extender sus bombardeos.
La invención sirvió como modelo para posteriores desarrollos electrónicos en los campos de guerra. Aunque muchos calificaron como deplorable la participación de los Jasons en este proyecto.
El incierto futuro de los Jasons
El pasado mes de marzo el gobierno de Estados Unidos informó sobre la suspensión del patrocinio operativo a los Jasons a partir del 30 de abril. En consecuencia, no sería renovado su contrato con la corporación Mitre, entidad que administra los centros de estudios y los presupuestos destinados al apoyo de las agencias.
En vista de las circunstancias, el grupo Jason emitió un comunicado desalentador:
Hay una posibilidad muy real de que el grupo Jason sea efectivamente disuelto poco después de su reunión de primavera, bajo circunstancias que harán poco probable su recuperación.
Dentro del mismo texto afirman que el presupuesto anual de los Jasons, que incluye el soporte operativo y la realización de las investigaciones, no supera los USD$8 millones.
Luego de esto, en un anuncio de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear se indicó que el grupo Jason tendría un contrato durante 8 meses más para culminar sus investigaciones en curso y para que encuentre otra agencia federal que pueda patrocinarlo desde febrero de 2020.
En el concepto de la escritora Finkbeiner, los Jasons son verdaderos “sobrevivientes” y “el país los necesita muchísimo”. Asegura además que las agencias gubernamentales continuarán requiriendo datos científicos, lo cual respalda la idea de no acabar con un grupo como este.
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