El padre, el hijo y el comisionado hecho a la medida de Casa Presidencial
Antes de salir expulsado del salón de audiencias por tercera vez consecutiva en menos de tres horas, Juan Carlos Rodríguez Turcios intentó en vano contrarrestar la indetenible avalancha de dudas sobre su nombramiento como comisionado del Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP): “Me parece que hay un prejuicio sobre mi imparcialidad, cuando ni siquiera me han dejado conocer caso alguno”, dijo a Bryan Avelar, periodista de la Revista Factum que recién le había solicitado que se apartara de la audiencia oral en la que el organismo debía definir si la Dirección Centros Penales había violado la ley. Centros Penales está en el ojo del huracán por la opacidad con la que maneja la información de los viajes oficiales de su director, Osiris Luna.
Luego de ser recusado, Rodríguez Turcios se levantó de su asiento y visiblemente molesto salió del salón de audiencias del IAIP. En sustitución fue llamado Mauricio Edgardo Fuentes, su suplente. Fuentes, junto a su padre, Antonio Fuentes Ibarra, dirigen la Asociación de Periodistas Independientes de El Salvador (Aspies), la organización que postuló a Rodríguez Turcios como candidato a comisionado propietario del IAIP. Pero en los planes originales del padre y del hijo, el propietario iba a ser Mauricio Fuentes. ¿Cómo entonces las cosas terminaron al revés? La respuesta a esa pregunta la responden los Fuentes: ambos permitieron que la Secretaría de Comunicaciones de la Presidencia le diera vuelta a las fichas y lo convirtiera en candidato propietario, en un proceso anómalo que ya ha sido denunciado por la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES), por el Grupo Promotor para la Ley de Acceso a la Información, y por la Fundación Salvadoreña para la Aplicación del Derecho (Fespad).
Las dudas que provocaron cinco recusaciones contra Rodríguez Turcios entre el martes 11 y el miércoles 12 no son gratuitas. Los comisionados del IAIP, según la ley, deben de ser independientes. El problema con Rodríguez Turcios es que apenas el viernes 7 había dejado su cargo como director de comunicaciones, un cargo de confianza en el Ministerio de Gobernación dirigido por Mario Durán, que a su vez es una de las personas más cercanas y leales al presidente Nayib Bukele. Rodríguez Turcios, además, apareció de forma abrupta, ungido por el presidente Bukele, luego de un proceso en el que, según los propios protagonistas, se incumplió la Ley de Acceso a la Información (LAIP) y su reglamento para favorecer a una carta cercana a Casa Presidencial en momentos en que el IAIP escudriña a Centros Penales y otras dependencias del nuevo Gobierno.
Según Fuentes padre, el cambio de candidaturas se hizo para no dañar la reputación de su hijo, cuestionado por encabezar la candidatura que terminaría siendo votada por su padre. Según el hijo, su salida fue para no dañar su imagen ni la de la organización, pero también porque “Se hizo un cambio porque ellos lo permitieron”. Al preguntarle si “ellos” es la Secretaría de Comunicaciones de la Presidencia, Fuentes hijo responde: “Sí, la Secretaría, ellos dijeron que si queríamos hacer un cambio. Y cambiaron un propietario (él mismo) para que fuera de suplente”.
Un comisionado para después del autogolpe
La juramentación de los nuevos comisionados ocurrió el lunes 10 de febrero, un día después de que el presidente Bukele irrumpiera con militares a la Asamblea, y amenazara con disolverla. Fuentes hijo fue convocado a la oficina de la secretaría Jurídica de la Presidencia. Ahí se encontró a Rodríguez Turcios. “Me hicieron ir a Casa Presidencial. Tenía que presentarme a la 1:30 p.m. en la Secretaría Jurídica. Ahí me enteré que ya tenían el nombramiento, nos entregaron las cartas y nos dijeron: ‘vayan allá y preséntense ya’”.
Para Fuentes hijo, el nombramiento fue una sorpresa. Él dice que la elección no cumplió los requisitos y por eso esperaba que fuera declarada desierta, que se convocara a un nuevo proceso, así como había ocurrido dos veces en el último año. “Eso sí le digo: me sorprendió, y la verdad que nosotros dijimos: ni modo, ya nos seleccionaron”. Fuentes hijo también señala que le sorprendió la celeridad con la que Bukele hizo la designación. “Yo todavía creía que [Bukele] se iba a tomar más tiempo, pero quizás el presidente decidió hacerlo rápido. Es lo que le digo”.
La anómala elección a la que se refiere Fuentes hijo ocurrió el viernes 7 de febrero, en el salón de prensa de Casa Presidencial. Cuatro días más tarde, cuando Rodríguez Turcios se presentó a la presidenta del IAIP, el instituto tenía en agenda seis audiencias orales para intentar resolver igual número de casos. En una, una ciudadana solicitaba información pública del patrimonio del presidente Bukele y la Corte Suprema había negado la información; en dos casos, el señalado de violar la LAIP era el director de centros penales Osiris Luna; el cuarto era un caso en el que se acusa a la viceministra de Vivienda Michelle Sol (esposa del secretario privado de Bukele) de haber violado la LAIP al divulgar información confidencial. El quinto caso era contra la Presidencia porque se había negado de entregar información sobre periodistas que viajaron con el mandatario a Estados Unidos. El sexto caso fue el único que Rodríguez Turcios pudo conocer, y estaba relacionado al Ministerio de Salud.
Rodríguez Turcios renunció a su cargo luego de cinco recusaciones y tan solo 36 horas después de haber ingresado al IAIP. Su suplente, Mauricio Fuentes también. Así concluyó la segunda intentona de Casa Presidencial para interferir en los asuntos del IAIP, el organismo que ordena al Estado a actuar con transparencia. La primera vez ocurrió en junio del año pasado, cuando la Presidencia comenzó a exigir al IAIP que le entregara reportes con información confidencial de ciudadanos. La exigencia siguió durante tres meses hasta que Capres desistió. En esta segunda ocasión, Capres intentó colar un Comisionado con un traje a la medida, en un proceso dirigido por la Secretaría de Comunicaciones y que contó con el apoyo de Aspies, la organización de comunicadores liderada por los Fuentes.
De “Buena onda” a recusado
Antes de convertirse en la principal carta de la Aspies, Juan Carlos Rodríguez Turcios era mejor conocido por haber sido un rostro famoso en la reducida farándula de la televisión nacional abierta. Nacido en San Miguel, en abril de 1982, fue productor y conductor de Canal 33 y líder del programa juvenil Buena Onda. Trabajó 12 años en el 33, hasta que saltó a la Telecorporación Salvadoreña en 2013 como productor y conductor de la radio VOX FM. Estudió relaciones públicas, marketing y comunicación organizacional. Comenzó a trabajar con el Gobierno en 2017, cuando fue contratado como responsable de la estrategia de comunicación del Instituto Nacional de Juventud (Injuve), en tiempos de Salvador Sánchez Cerén. Esta vinculación con el gobierno anterior ha sido una de sus defensas para intentar contrarrestar las dudas hacia su falta de independencia con el nuevo Gobierno.
En junio de 2019, con la llegada de Bukele al poder, Rodríguez Turcios se convirtió en director de comunicaciones del Ministerio de Gobernación dirigido por Mario Durán, amigo y figura clave en el gabinete de Gobierno y en el partido Nuevas Ideas. Además de su cargo oficial, Gobernación también lo designó como representante de ese ministerio ante el Consejo Directivo del Instituto Salvadoreño de Desarrollo Municipal (Isdem).
Su aspiración al cargo de comisionado del IAIP en representación del gremio de periodistas fue una sorpresa. Y es, a la vez, una historia con dos posibles orígenes. En la versión de Fuentes padre, Juan Carlos se interesó en la candidatura de Aspies en enero 2020. En la versión del hijo, Juan Carlos estuvo involucrado con la asociación desde julio de 2019.
Surgida en 1992, Aspies es reconocida en el gremio por entregar, gracias a patrocinios, el premio “Micrófono dorado” a periodistas. Ahora, la asociación y Mauricio Fuentes, quien también se dedica a vender seguros de vida y a actuar en obras de teatro de bajo presupuesto, protagonizan el tramo final de esta historia que terminó con Juan Carlos Rodríguez Turcios como un comisionado recusado.
El Faro les preguntó a ambos cuándo trataron por primera vez a Rodríguez Turcios. “Ya habíamos tenido contacto con él antes de enero. Ya estaba afiliado a la Asociación desde julio de 2019”, dice Fuentes hijo.
Fuentes padre, tiene otra versión:
—Fue hace unos días que se inscribió. En 10 días ya estaba inscribo. Después dijo que él ya tenía los papeles y las solvencias. O sea que él ya quería participar desde antes.
—¿Fue hasta enero 2020 que llegó?
—Sí, correcto.
—¿Quién hizo el enlace para contactarlos?
—Por medio de la... eh, de Facebook, y entonces ahí dijo que quería agremiarse, y nosotros le dimos la solicitud que damos nosotros. Nos envió el correo, y lo dimos por aprobado, porque nosotros somos periodistas y comunicadores.
En realidad, los estatutos de Aspies son más laxos que un mensaje en redes sociales. Cualquier persona, sin necesidad de ser periodista, puede ser miembro de la asociación, solo tiene que pedirlo a la junta directiva. “Me imagino que [la Secretaría de Comunicaciones] lo conocen o lo conocían. Como le digo, en todo ese papeleo entra al presidente y el presidente es el que elige”, respondió Fuentes padre cuando se le pregunta si cree que había una relación entre Turcios y la Presidencia detrás de la nominación.
Candidatos de dedo
Antes de que Juan Carlos Rodríguez Turcios apareciera en el radar de Aspies, Fuentes hijo tuvo que maniobrar al interior de su organización para poder lanzarse a buscar el IAIP y en eso obtuvo una pequeña ayuda de su familia. Fuentes hijo era el presidente de Aspies hasta principios de enero, renunció y entonces asumió la presidencia su papá, Nazario Antonio Fuentes Ibarra, un veterano periodista y director de un pequeño periódico llamado Monitor. Tanto ese periódico, como Aspies, y la casa de residencia de Fuentes padre ocupan un espacio en un pequeño apartamento en el populoso municipio de Mejicanos.
Cada asociación proponente, según la LAIP, elige a sus aspirantes en procesos internos y el único requisito es que lo certifiquen ante la Secretaría de Comunicaciones. Aspies propuso tres cartas para comisionado propietario: Mauricio Fuentes, Rodríguez Turcios y la expresidenta de la APES, Dalila Arriaza. De suplente iba la periodista radial Maribel Montenegro.
Montenegro dijo a El Faro que después de entregar sus solvencias el 31 de enero, ni el presidente de Aspies, Antonio Fuentes ni su hijo se comunicaron para explicarle que el viernes 7 de febrero se desarrollaría la elección de las ternas en Casa Presidencial. Hasta el jueves 13 de febrero, Montenegro dijo que nadie de la asociación se había comunicado para notificarle que había sido sacada de la lista. Ella se dio cuenta de todo a través de las noticias.
Dalila Arriaza explicó a El Faro que entre el 31 de enero y el 7 de febrero desistió de continuar en el proceso porque vio en el perfil de Facebook de la asociación que los nombres estaban cambiando y que ni el presidente Fuentes o su hijo daban explicaciones al respecto. “En mi cabeza me iban a entrevistar como para pasar los últimos filtros, pero luego vi cosas que ya no me gustaron, como que sustituyeron unos nombres sin explicación y apareció el de Juan Carlos (Turcios)”, dijo Arriaza a El Faro. “Yo sabía que no iba a quedar yo, porque don Antonio iba a votar por su hijo, pero a mí sí me importa mantener mi credibilidad. Me siento utilizada”, agregó.
Uno de los nombres que apareció y luego desapareció en los primeros días de febrero de la nómina de Aspies es el de David Barraza, periodista y gerente de la Red Salvadoreña de Medios. Barraza rehusó dar declaraciones, pero confirmó a El Faro que él desistió del proceso porque prefirió conservar el cargo en RSM.
A la convocatoria solo llegaron dos asociaciones: Aspies y Cafocares (Cámara de fotógrafos, camarógrafos, reporteros y técnicos de El Salvador). Fuentes padre, Fuentes hijo y representantes de Cafocares confirman que la secretaria de Comunicaciones Sofía Medina señaló, antes de la votación, que si las asociaciones querían hacer un cambio en la papeleta, que lo hicieran. Entonces Aspies desplazó la candidatura de Maribel Montenegro para incorporar en su lugar a Fuentes hijo. Y en el puesto de Fuentes hijo colocó a Juan Carlos Rodríguez Turcios.
Tanto padre como hijo dicen que hicieron la permuta por decencia. Fuentes padre dice que él se sentía apenado porque días antes (en realidad, esa mañana de viernes) Diario El Mundo había publicado una nota en la que señalaban el conflicto ético de que un papá votara para su hijo para un cargo que el IAIP remunera con 3 mil 800 dólares mensuales. “Diario El Mundo sacó que yo iba a votar por mi hijo por ser hijo mío, y yo ante eso dije ‘no, mejor te vas a ir de suplente porque ya están ahí inquietos de que voy a votar por vos por ser hijo mío’”.
Fuentes hijo dice que tuvo un arrebato de sentido ético. “Yo iba como propietario, es cierto. Entonces dije: ‘me voy a ir como suplente y que escoja el compañero representante de la Asociación (su padre) entre los otros dos propietarios que había’. Como habían estado con muchas crítica de que casi yo mismo iba a escogerme… ‘mejor no me voy de propietario para evitar más críticas’, aunque eso de nada sirve porque me están dando duro ahorita ja, ja, ja”.
Fuentes padre reconoce que la diferencia salarial entre un comisionado suplente y uno propietario es abismal. “Pregúntele a cualquier periodista si quiere ser comisionado. Todos dirán que sí, ¿quién los va a negar? El que menos salario recibe es el pobre suplente… $300 al mes gana el pobre”. Dice que ordenó hacer el cambio para evitar más afrentas. “Si mi hijo no hubiera ido de suplente, hubiera sido mayor el problema en ese sentido”, dice.
Una elección que viola la ley
La ley de Acceso a la Información y su reglamento exigen que cada asociación documente la elección interna de sus aspirantes. No hay límites para la cantidad de candidatos a proponer y cuando ya están inscritos ante la Secretaría de Comunicaciones, esta convoca a una Asamblea General donde se eligen tres aspirantes para comisionado propietario (una terna, de la cual el presidente de la República, finalmente, elegirá a uno); y otros tres, para designar al suplente. Esa terna se elige así: cada asociación, a través de su presidente, tiene un voto de oro, es decir, que elige a un candidato que pasará automáticamente a la siguiente etapa. Por eso es necesario que haya al menos tres entidades proponentes, porque de lo contrario no se completa lo que exige la ley: que en la Asamblea resulte electa una terna para propietario, y otra terna para suplente. Tras la elección de las ternas, el presidente tiene 30 días para juramentar a los nuevos comisionados.
En el proceso que culminó con Rodríguez Turcios como comisionado propietario y Fuentes hijo como su suplente existieron varias anomalías. La primera es que la Secretaría de Comunicaciones convocó a la elección sin contar con al menos tres organizaciones proponentes, como manda la ley.
El Faro habló con periodistas y comunicadores que participaron o tuvieron conocimiento de primera mano del proceso convocado por la Secretaría. Cinco de esas personas participaron a través de Aspies; otra, a través de Cafocares; otra, con APES.
La convocatoria de la Secretaría de Comunicaciones fue el 9 de diciembre. Desde 2018, la Secretaría había convocado dos veces para tratar de elegir al representante de los periodistas, pero la elección se declaró desierta porque siempre faltaba una tercera asociación participante.
Fuentes hijo lo sabía y por eso dice que estaba escéptico de su propio nombramiento. Creyó que la Presidencia iba a declarar desierta la convocatoria -tal como había venido ocurriendo en el último año y medio- debido a no se cumplían el requisito de tres asociaciones en la contienda.
“Iba con la esperanza de que así como se había llevado anteriormente, cuando estaba el gobierno anterior, que no lográbamos pasar ese impasse por solo haber dos asociaciones participantes. Imaginé que también esta vez la iban a dar por desierta”, dice Fuentes hijo.
“Me sorprendió que ellos tomaran la decisión, la Secretaría [de Comunicaciones], de aceptar solo a las dos entidades”, añade.
La Asamblea de elección comenzó esa tarde de viernes, pasadas las 5 p.m. Según explicaron los participantes, la Presidencia dio tiempo para que periodistas y observadores llegaran a verificar el proceso. Pero nadie llegó, a diferencia de elecciones previas. El Grupo Promotor de la Ley de Acceso a la Información Pública había pedido ser observador en una carta que enviaron el 5 de febrero, pero la Secretaría no respondió.
En enero, las únicas dos asociaciones que inscribieron candidatos fueron Aspies y Cafocares, una organización que obtuvo su personería jurídica el 18 diciembre de 2019, día en que el Ministerio de Gobernación a través del Diario Oficial publicó sus estatutos.
Un mes después, la organización tenía las solvencias de todos sus aspirantes (solvencia fiscal, de ética gubernamental, de la procuraduría general, de la procuraduría de los derechos humanos, de la Corte de Cuentas, de la Policía y de Centros Penales). Su presidente, el fotoperiodista Mauricio Cáceres dice que en enero recibieron la invitación desde la Secretaría de Comunicaciones. “Nos mandaron un correo donde nos decían que teníamos que presentar una terna”, dijo.
Cafocares inscribió a tres aspirantes: dos para comisionado propietario (Abiú Segovia Gómez, periodista radiofónico de la YSKL y Wilfredo Cruz, licenciado en periodismo), y uno para suplente (Saúl Martínez, experiodista del Diario CoLatino).
La Asociación de Periodistas de El Salvador (APES), que hubiera podido resolver el entuerto, tuvo un retraso con la inscripción de sus candidatos y no pudo competir a pesar de que pidió prórrogas para que sus contendientes consiguieran las solvencias en las oficinas gubernamentales. La Secretaría de Comunicaciones otorgó una prórroga inicial de cuatro días; APES pidió una segunda pero fue rechazada porque, según quedó consignado en el acta de la elección, nadie podía recibir un trato preferente.
Pero Casa Presidencial estuvo de acuerdo en seguir con el proceso a sabiendas que faltaba una asociación proponente. ¿Por qué? El Faro intentó el miércoles 14 obtener una reacción de Sofía Medina, secretaria a cargo, pero al cierre de esta nota no hubo respuesta.
Los ilegibles
En la siguiente etapa del proceso de elección, cuando la Secretaría debía ya dejar inscritas las propuestas de las asociaciones, también hubo fallas. No todos los aspirantes inscritos cumplían con los requisitos. De Cafocares, solo Wilfredo Cruz pasaba los filtros porque Abiú Segovia Gómez solo egresó de periodismo y aun no tiene título. El otro candidato, Saúl Martínez, tiene 29 años, seis años menos que la edad mínima requerida para ser comisionado. “Sabíamos que no íbamos a quedar, porque desconocemos mucho del procedimiento, y los propusimos a ellos dos porque nos tocó correr”, dice el presidente de Cafocares.
Casa Presidencial, sin embargo, no tuvo problema en inscribir a Segovia y Martínez como candidatos. La Secretaría de Comunicaciones publicó en el sitio web de la Presidencia la nómina de siete candidatos el 31 de enero, incluyendo a los no elegibles.
La Secretaría también falló al no publicar la hoja de vida completa de los aspirantes en la web de la Presidencia, sino que solo publicaron su nombre, edad, título universitario y datos generales de su hoja de vida. La idea de publicar toda la información es para permitir que cualquiera pueda impugnar una nominación por faltas a la ley.
Pese a esas anomalías, la secretaría de Comunicaciones, Aspies y Cafocares continuaron con el proceso. Ahora las dos asociaciones descargan en Casa Presidencial la responsabilidad de haber seguido a sabiendas de que lo correcto era declararlo desierto. Capres dice que siguió con el proceso para evitar una “dilatación excesiva” de la renovación de los comisionados del IAIP y así “dotar de certeza tanto al administrado como a la administración pública”. Así quedó plasmado en el Acuerdo Ejecutivo 119, de fecha 10 de febrero, de la Presidencia de la República al que tuvo acceso El Faro. Sin embargo, el nombramiento de los nuevos comisionados, aunque necesario, podía hacerse en regla, y con más tiempo, dado que la Ley dice que mientras no se haya nombrado un sustituto, debe de permanecer en el cargo el comisionado saliente.
El día de la votación, otra anomalía fue detectada en la papeleta facilitada por la Secretaría de Comunicaciones. Según el presidente de Cafocares, esta no incluía la única propuesta de ellos que sí cumplía con todos los requisitos: Wilfredo Cruz, quien buscaba el puesto de comisionado propietario. “En la papeleta solo estaban Abiú y Saúl, como que sabían que ellos dos no calificaban y que iban a perder. Estoy cayendo en cuenta que pusieron a esos dos que no cumplían”, dice Cáceres.
—En realidad parece que ustedes como que participaron queriendo perder
—Participamos en buena lid. Si nos usaron al final para validar un proceso, no lo sé, pero de haber sabido que así iba a ser, lo habríamos evitado.
—¿No protestó cuando vio que su mejor carta no estaba en la papeleta?
—No dije nada porque yo creí que Wil aparecía en la otra papeleta, la verdad. Acepto que desconozco bien el procedimiento para elegir comisionado. Somos nuevos en esto.
—Participamos en buena lid. Si nos usaron al final para validar un proceso, no lo sé, pero de haber sabido que así iba a ser, lo habríamos evitado.
—¿No protestó cuando vio que su mejor carta no estaba en la papeleta?
—No dije nada porque yo creí que Wil aparecía en la otra papeleta, la verdad. Acepto que desconozco bien el procedimiento para elegir comisionado. Somos nuevos en esto.
La secretaria Sofía Medina, Cáceres y Fuentes padre firmaron un acta donde constaba la elección. La LAIP obliga a que la propuesta que se haga al presidente de la República conste de seis nombres desglosados así: tres nombres para propietario y tres para suplente. Y aquí está lo extraño. Si cada asociación solo puede elegir dos nombres (uno de propietario y otro de suplente), el viernes 7 de febrero, dos asociaciones y la Secretaría cometieron otra irregularidad. ¿La propuesta que le llegó al presidente tenía cuatro nombres, obviando que la Ley exige que la propuesta sea una terna? O bien, ¿ la propuesta que tuvo en sus manos el presidente tenía seis nombres, con lo cual se violó el procedimiento de que cada asociación solo tenía derecho a proponer una pareja?
Consultado por este entuerto, Fuentes padre responde:
—Supusimos que iba a declararse desierto, pero la Secretaría dijo que no, que habían salido tres candidatos: dos de Cafocares y uno de nosotros, eran tres. Esa fue la terna.
—Eso no se puede hacer porque cada asociación solo puede proponer a uno para cada categoría.
—Sí, a uno, a uno. Pero esas decisiones son de ellos, no nos competen a nosotros. [La Secretaría] sumaron los candidatos de uno y de otro, entonces se formó la terna.
—¿Usted sabía que era anómalo que solo dos asociaciones estuvieran participando?
—Yo supuse porque el año pasado así se había hecho (declararlo desierto). Pero recuerde que era otro gobierno, ellos no quisieron elegir, y ya que sucediera otra vez esa cuestión era bastante feo. Pero así como le estoy explicando consideraron las ternas: la de Cafocares y la de nosotros e hicieron una terna (más) y ahí se fueron para que el presidente eligiera.
—Eso no se puede hacer porque cada asociación solo puede proponer a uno para cada categoría.
—Sí, a uno, a uno. Pero esas decisiones son de ellos, no nos competen a nosotros. [La Secretaría] sumaron los candidatos de uno y de otro, entonces se formó la terna.
—¿Usted sabía que era anómalo que solo dos asociaciones estuvieran participando?
—Yo supuse porque el año pasado así se había hecho (declararlo desierto). Pero recuerde que era otro gobierno, ellos no quisieron elegir, y ya que sucediera otra vez esa cuestión era bastante feo. Pero así como le estoy explicando consideraron las ternas: la de Cafocares y la de nosotros e hicieron una terna (más) y ahí se fueron para que el presidente eligiera.
El presidente Cafocares niega que hayan metido dos nombres en la terna que llegó a Bukele. “¡Que me demuestre Aspies que pusimos dos candidatos!”, dijo Cáceres. Fuentes padre insistió en que los dos candidatos de Cafocares sirvieron para rellenar la terna faltante.
El proceso mediante el cual Rodríguez Turcios y su suplente llegaron al IAIP ya ha sido duramente criticado por organizaciones observadoras. Para el Grupo Promotor de la LAIP fue una mala señal que la Secretaría no respondiera su solicitud del 5 de febrero de ser observadores y que el proceso “no fue transparente ni abierto a la ciudadanía”. También criticó que se seleccionó a un comisionado con un conflicto de interés. La Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (Fespad) observó varias anomalías y recordó que la Presidencia tiene una deuda desde 2012: emitir un reglamento que defina los procedimientos para el desarrollo de las asambleas sectoriales que brinde mayores garantías. La APES pidió que se inicie un nuevo proceso que cuente con garantías de transparencia y que haya parámetros para elegir a los mejores candidatos.
“Nos aventaron al matadero”
Fuentes hijo ahora se lamenta de haberse visto involucrado en todo este proceso. El martes 11, cuando llegó junto al comisionado propietario Juan Carlos Rodríguez Turcios, Fuentes hijo no sabía ni cómo responder sobre su nominación ni la de su compañero de asociación.
“El lunes 10 a los dos nos citaron y nos aventaron como al matadero ja ja ja.... Por eso no hallábamos qué decir a los periodistas, por eso creo que el compañero (Rodríguez Turcios) dijo que no iba a hacer declaraciones porque quería estar más o menos empapado de la información de lo que iba a hacer”, dice Fuentes hijo.
El Faro pidió una reacción al Rodriguez Turcios, pero al cierre de esta nota no hubo respuesta. En un comunicado difundido a través de sus redes sociales, el excomisionado se queja de una campaña en su contra.
Cuando Turcios y Fuentes llegaron al IAIP, la institución se convirtió en el escenario de una batalla jurídica sin precedentes, una batalla en la que ciudadanos intentaban apartar al comisionado que creían cercano al Gobierno, y en respuesta, los abogados del Gobierno -como los de Centros Penales o el viceministerio de Vivienda-, pedían la recusación de todos los comisionados que habían votado por recusar a Rodríguez Turcios. La presidenta del IAIP denunció que se trataba de una estrategia para desprestigiar al instituto y lo cierto es que la entidad entró en parálisis. Turcios fue apartado en cinco de seis audiencias en las que intentó participar y los abogados de la Dirección de Centros Penales, que llegaron a audiencia tras negar la entrega de datos relativos a viajes aéreos del director Osiris Luna, contraatacaron pidiendo la recusación de todos los comisionados que recusaron a Turcios.
Ante la imposibilidad de seguir adelante, el IAIP suspendió audiencias y ha quedado a la espera de que la Presidencia certifique oficialmente la renuncia de Rodríguez Turcios y de Fuentes hijo. La Secretaría de Comunicaciones debe iniciar otro proceso, pero Aspies ya anunció que no participarán.
Sobre todas las irregularidades en la que Aspies terminó envuelta, Fuentes padre cree que la prensa está exagerando. “Ya renunciaron los colegas, ¿qué más quieren? Hay una tendencia a querernos ridiculizar o a querernos hacer daño... Ellos dos no son merecedores de ese trato. Hoy por tí, mañana por mí”.
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