La soledad del MAESTRO

La soledad del

MAESTRO

Hay maestros que no se retiran del servicio público porque la pensión no les alcanzaría para sobrevivir. Hay quienes, por la lejanía y para ahorrar en transporte, duermen toda la semana en la escuela donde enseñan. Los hay que deben lidiar con pandillas. La mayoría vive bajo estrés. En este especial se explora la cotidianidad de los maestros del sistema público de El Salvador. El resultado es un cúmulo de obstáculos que enfrentan para poder educar.

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Recuperar la cuna de los alacranes

Hugo Canjura dice haber recuperado, junto con un equipo de docentes, el control sobre el Instituto Técnico Francisco Menéndez. Un instituto nacional que cada año gradúa en promedio a 700 bachilleres. Durante la década de los 90, el centro educativo ocupó portadas de periódicos por hecho violentos cometidos por sus estudiantes. En 2019, Canjura asegura que se ha recuperado casi en un 100 %.

Una psicóloga para todos los estudiantes

Edith Lue es la única psicóloga para los estudiantes del sector público de todo el departamento de La Libertad. Ella explica que el reto emocional de la docencia tiene relación con la inseguridad, la carga de trabajo y la poca valoración económica de los profesores.

Cuando no hay más vida que enseñar

Delmy Leticia Polanco tiene 14 años de vivir 6 días de la semana en el centro escolar en el que trabaja. Es la única maestra y directora para 27 niños de parvularia a sexto grado en el cerro El Tule, del cantón El Pinalón, en Santa Ana.

La vida después del magisterio

Un maestro de secundaria a punto de jubilarse comparte su percepción sobre la incertidumbre de la vida ante la realidad de las pensiones en El Salvador. Cuenta los retos a lo largo de su carrera docente y habla sobre la lucha sindical, que no logró asegurar el futuro económico de los docentes después de su retiro.

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