Un presidente tercermundista pretendiendo gobernar al estilo de primer mundo
Foto/Cortesía
Por Zulma Larín
Al reflexionar sobre la situación mundial y la crisis provocada por la pandemia que ha puesto de manifiesto al modo de producción capitalista como un sistema que ha colapsado, mostrando incapacidad para hacer frente y detener la propagación del COVID-19. Es evidente que la acumulación de la riqueza mundial en pocas manos provoca mayor dificultad para que los pobres del mundo puedan sobrevivir al contagiarse con el virus.
En El Salvador se pone en riesgo de morir por el COVID-19 a casi 2 millones de habitantes que viven bajo la línea de pobreza, estas personas viven del trabajo informal y someterse a las medidas coercitivas sin garantías para sobrellevar las necesidades básicas de alimentos y saneamiento básico, se vuelven inoperantes las medidas de prevención y cuarentena.
Podrán decir ¿qué más quieren con un presidente previsor y buena gente que ha tomado las medidas preventivas?, está bien, no estoy cuestionando eso, sin embargo el presidente, Nayib Bukele, tendría que conocer más la realidad de la gente en las comunidades, como por ejemplo el Caserío Poza Honda en el Cantón San Lucas del municipio de Cuisnahuat ubicado en Sonsonate donde desesperadamente me llaman diciendo “mire compañera fíjese que aquí 60 familias de mi caserío no han salido beneficiados/as con los 300 dólares y mire yo no entiendo cuál es el criterio que el presidente ha tomado”.
Otro líder comunitario, me llama a tempranas horas del caserío el Tinterío en el Cantón San José del municipio de Jujutla, Ahuachapán, y con la misma desesperación diciendo “Que no ha salido nadie de su familia como beneficiario”, al preguntarle si a los demás del cantón ya le salieron, dice: “No compañera, nadie de acá a salido beneficiado”.
Entonces señor presidente, ¿cómo usted no ha buscado la colaboración de las alcaldías, las gobernaciones departamentales, las ADESCOS, los sistemas de salud temprana, las Comisiones de Protección Civil?, bueno, todo un sistema ya creado para resolver de manera organizada estas emergencias.
Desde mi opinión, las cosas más preocupantes, son cuando líderes de las comunidades donde trabajamos como organización nos llaman y buscan palabras de ayuda. En ese sentido creo que las medidas adoptadas son copiadas de otras realidades que nada que ver con la vida de los pobres de mi país.
Este presidente tiene un profundo desconocimiento de su país y su gente que gobierna. Él está creyendo que todos y todas las salvadoreñas tienen acceso a internet o a un medio de comunicación por las redes sociales y con eso quiere resolver un problema estructural.
Por eso digo, que él está gobernando al estilo primer mundo a un país del tercer mundo, con escaza cobertura en saneamiento ambiental, con poca capacidad económica como para estar recluidos sin un paquete de medidas de protección social para proteger la vida básica de la gente en esta pandemia del COVID-19, y a esto tenemos que sumar el trabajo del cuidado, garantizar seguridad alimentaria y lidiar con la crisis psicológica de la pandemia que se hace más fuerte en el trabajo de los cuidados para las mujeres.
Sabemos que nadie estaba preparado para esta amenaza que ahora tiene el mundo, pero usted señor presidente no ha sabido buscar mecanismos de concertación, diálogo y especialmente no ha sabido poner a todo el Sistema de Protección Civil y las alcaldías al servicio de la acción colectiva y solidaria para que el impacto de la falta de atención básica en alimentos y saneamiento básico no afecte a los más pobres de mi país.
Zulma Larín es Coordinadora General de la Red de Ambientalistas Comunitarios de El Salvador (RACDES).
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